CW12-Construcción Industrialiada

19 INFORME naturales derivados de la producción y el despliegue de materiales de construcción (por ejemplo, cemento, acero, aluminio, madera, biomasa): Evitar el desperdicio a través de un enfoque circular: construir menos mediante la reutilización de edificios existentes es la opción más valiosa, generando un 50-75% menos de emisiones que la construcción nueva; promover la construcción con menos materiales y con materiales que tengan una huella de carbono más baja y facilitar la reutilización o el reciclaje. Cambiar a materiales de construcción renovables éticos y sostenibles basados en la biología, incluyendo madera, bambú y biomasa. El cambio hacia materiales a base de biología adecuadamente gestionados podría llevar a ahorros de emisiones acumulativos en muchas regiones de hasta un 40% en el sector para 2050. Sin embargo, se necesita más apoyo político y financiero para garantizar la adopción generalizada de materiales de construcción renovables a base de biología. Mejorar la descarbonización de los materiales de construcción convencionales que no pueden ser reemplazados. Esto se refiere principalmente al procesamiento de concreto, acero y aluminio, tres sectores responsables del 23% de las emisiones globales totales hoy en día, así como vidrio y ladrillos. Deben priorizarse la electrificación de la producción con fuentes de energía renovable, el aumento del uso de materiales reutilizados y reciclados y la ampliación de tecnologías innovadoras. La transformación de los mercados regionales y las culturas de construcción es fundamental a través de códigos de construcción, certificación, etiquetado y la educación de arquitectos, ingenieros y constructores sobre prácticas circulares. El informe de la ONU también indica que esta solución de tres frentes -EvitarCambiar-Mejorar- debe ser adoptada a lo largo de todo el proceso de construcción para garantizar que se reduzcan las emisiones y se proteja la salud humana y los ecosistemas biodiversos. La implementación de la solución también requiere sensibilidad a las culturas y climas locales, incluyendo la percepción común del concreto y el acero como materiales modernos de elección. Hasta la fecha, la mayoría de las acciones climáticas en el sector de la construcción se han centrado en la reducción efectiva de las emisiones de “carbono operativo”, que incluyen calefacción, refrigeración e iluminación. Gracias a la creciente descarbonización de la red eléctrica en todo el mundo y al uso de energías renovables, se espera que estas emisiones disminuyan del 75% al 50% del sector en las próximas décadas. Dado que los edificios contienen materiales producidos en regiones dispersas en todo el mundo, la reducción de las emisiones de “carbono incorporado” de la producción y el despliegue de materiales de construcción requiere que los tomadores de decisiones adopten un enfoque de ciclo de vida completo. Esto implica medidas armonizadas en múltiples sectores y en cada etapa del ciclo de vida de la construcción, desde la extracción hasta el procesamiento, la instalación, el uso y la demolición. También se requiere regulación y cumplimiento gubernamentales en todas las fases del ciclo de vida de la construcción, desde la extracción hasta el final de uso, para garantizar la transparencia en la etiqueta, códigos de construcción internacionales efectivos y esquemas de certificación. Se necesitan inversiones en la investigación y el desarrollo de tecnologías incipientes, así como la capacitación de los interesados en los sectores, junto con incentivos para modelos de propiedad cooperativa entre productores, constructores, propietarios y ocupantes para el cambio hacia economías circulares. n En este contexto, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima), única entidad de 2º grado que representa a nivel nacional al sector industrial maderero, a través de sus 28 Cámaras asociadas en las distintas provincias del país, llama a todos los protagonistas del mundo de la construcción a poder construir y fundar un nuevo paradigma constructivo nacional con un claro perfil sostenible. De hecho, cada vez son más las obras nuevas, ampliaciones, proyectos y construcciones de casas y edificios que buscan aportar a sus habitantes el máximo ahorro energético posible, bienestar y generar obras que sean amigables con el medio ambiente y estén construidas con elementos de origen natural. Desde la orientación, materiales, revestimientos, estructuras y otros elementos la madera es el denominador común que une a todos, por sus características y propiedades naturales como aislante térmico y acústico. “Actualmente, el mercado de la construcción con madera en Argentina se encuentra en un proceso de crecimiento sostenido, a pesar de las dificultades que se presentan en el camino. Comparado con 10 o 20 años atrás, se puede observar un cambio significativo en la demanda y en la oferta de construcciones con madera” afirma Daniel Vier, vicepresidente de FAIMA y experto en construcción con madera. “Hace algunos años, la madera no era considerada un material de construcción relevante en Argentina, y se utilizaba principalmente para elementos decorativos o en construcciones rurales. Hoy, debido a la necesidad de construir viviendas más eficientes y sostenibles, la madera se ha vuelto cada vez más popular en la construcción”. El informe de la ONU brinda a los responsables de políticas, fabricantes, arquitectos, desarrolladores, ingenieros, constructores y recicladores, además, una solución de tres frentes para reducir las emisiones de “carbono incorporado” y los impactos negativos en los ecosistemas

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