22 Opinión En una era donde la sostenibilidad y la autonomía estratégica se han convertido en pilares fundamentales para el futuro de Europa, el recién aprobado Reglamento (UE) 2024/1252 representa/supone un paso significativo hacia adelante. Este reglamento no sólo garantiza un suministro seguro y sostenible de materias primas fundamentales, sino que también refleja un compromiso con la concertación social y la mejora de la imagen de la minería. César Luaces Frades, secretario general de la Fundación Minería y Vida Efectivamente, con este reglamento, la Unión Europea viene a reconocer, sin ninguna duda, la importancia crucial de esta actividad para una Europa próspera que pueda garantizar los mayores derechos y el mejor futuro para todos sus ciudadanos. Europa desvela una obviedad: todo lo que nos rodea procede de una mina o una cantera. Sin materias primas minerales, no habría civilización. La concertación social es esencial en la implementación de cualquier política industrial, y el nuevo reglamento no es la excepción. El documento establece un marco que promueve la transparencia y el diálogo entre los diferentes actores sociales, incluyendo a las comunidades locales, las empresas mineras y los gobiernos, un enfoque colaborativo que busca equilibrar los intereses económicos con los sociales y ambientales, asegurando que la expansión minera no se realice a expensas del bienestar de las comunidades ni tampoco del medioambiente. En este contexto, la Fundación Minería y Vida juega un papel crucial. Su enfoque en la responsabilidad social está siendo fundamental para construir puentes entre la industria minera, los diferentes grupos de interlocutores sociales y las comunidades locales, contribuyendo a la difusión de proyectos de desarrollo sostenible en áreas mineras y Materias primas minerales en la era verde: el rol estratégico de Europa fomentando la creación de empleo, la educación y la protección del entorno natural. De hecho, la colaboración entre la Fundación y las empresas del sector ha demostrado que la concertación social es posible y, además, es beneficiosa para todas las partes involucradas. El reglamento europeo también aborda la necesidad de mejorar la imagen de la minería, históricamente asociada con la degradación ambiental y los conflictos sociales. Ahora, se presenta como lo que es: una industria moderna, responsable y esencial para la transición energética, enfatizando la importancia de la minería responsable que opera bajo los más altos estándares de sostenibilidad y de respeto por las personas. Para lograr una percepción positiva, es clave que las empresas mineras comuniquen de manera efectiva sus esfuerzos en áreas como la reducción de emisiones, la gestión de residuos y la restauración de áreas afectadas por la explotación. La inversión en tecnologías limpias y la colaboración con organizaciones ambientales pueden contribuir a cambiar la narrativa en torno a la minería. Además, la educación y la sensibilización pública son herramientas poderosas para desmitificar la industria y destacar su papel en la economía circular.
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