CS660 - Canteras y explotaciones

57 la Coalición Social de Materias Primas, formada por más de 40 organizaciones, principalmente europeas, que persiguen la reducción, reutilización y reciclaje de materiales; y surgen asociaciones como Rigth to Repair, que persigue el objetivo de maximizar la circularidad de los productos que contengan materias primas críticas y luchar contra la obsolescencia programada. Sin embargo, pese a las evidencias, algunas organizaciones ecologistas radicales y otros colectivos relacionados no cesan en su empeño de posicionar al sector como una industria contaminante e irrespetuosa con el medio ambiente. Intencionadamente, omiten en sus valoraciones que, por ser uno de los sectores más regulados que existen, cualquier explotación minera española está controlada permanentemente, no sólo por la administración minera, sino por la medioambiental y por otras muchas que también deciden sobre los requisitos necesarios del proyecto antes de su aprobación, trámite que dura años y que requiere decenas de permisos y licencias (evaluación de impacto ambiental, biodiversidad, plan de restauración, aguas, atmósfera, seguridad y salud, vías pecuarias, cultura, y un muy largo etcétera). Esas organizaciones parecen preferir que Europa acentúe su dependencia y se siga abasteciendo de materias primas minerales procedentes de países terceros, muchos de ellos inestables políticamente, con muy cuestionables o directamente inexistentes legislaciones medioambientales o de derechos humanos. No olvidemos que, gracias a las materias primas minerales, los ciudadanos pueden tener absolutamente todo lo que les rodea: vivienda, alimentos, medios de transporte, hospitales, colegios, universidades, museos, televisiones, teléfonos móviles, ordenadores, electricidad, etc. Absolutamente todo. Por lo tanto, cuestionar indiscriminadamente a esta industria no tiene ningún fundamento. Como sucede con el resto de los sectores industriales, también es necesario poner en valor el esfuerzo de la industria extractiva, por adaptarse a los criterios de sostenibilidad marcados el Pacto Verde o su alineamiento con los Objetivos del Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Y citar, asimismo, numerosos casos ejemplares de excelentes restauraciones ambientales que se han llevado a cabo cuando estas explotaciones mineras dejan de estar en uso. Y, además, hay que destacar su papel en la creación de empleo de calidad en el medio rural, en la creación de cadenas de valor y, consecuentemente, en la fijación de la población. La publicación de informes que denuncian, con fondos públicos y sin base alguna, la ilegalidad de las explotaciones mineras no hace sino ir en contra de la realidad de la industria y, asimismo, contra la apuesta ya manifiesta de Europa y del propio Gobierno de España de reforzar el sector minero, contemplando no sólo la defensa y protección de la industria, sino también la necesidad de contar con nuevas explotaciones que den respuesta a la elevada necesidad de rocas y minerales, entre ellos los denominados críticos, todos ellos indispensables para la neutralidad climática y el impulso de sectores estratégicos como las energías renovables, la industria digital y aeroespacial y el transporte eléctrico. Desde la propia Fundación Minería y Vida, que nació hace ya un año, estamos trabajando para impulsar a la industria extractiva, poniendo el foco en mostrar la vocación del sector, así como su compromiso con la mejora sostenible y el desarrollo social de los territorios donde estas empresas desarrollan sus actividades. Contamos con el apoyo de las principales asociaciones vinculadas a las materias primas minerales, organizaciones ecologistas, universidades y, desde ella, tenemos ya en marcha una serie de acciones que contribuyen a alcanzar los objetivos de transición energética y neutralidad climática establecidos por Europa. No debemos perder de vista que nos encaminamos hacia una transición energética en la que todas las materias primas minerales siguen siendo esenciales. Elementos como el wolframio para fabricar teléfonos, o el litio, el cobalto y el níquel para los coches eléctricos, están ya considerados de primera necesidad y su extracción es prioritaria. Es responsabilidad de todos contribuir al impulso de un sector que está evolucionando hacia una actividad sostenible, moderna, segura y, sobre todo, estratégica para garantizar el futuro de nuestro planeta. Por todo ello, la minería en España es modélica, sostenible y no acepta infundadas acusaciones de ilegalidad de grupos de interés que solo persiguen acabar con una actividad más que nunca estratégica y necesaria y que aporta riqueza, empleo y compromiso con su entorno. l

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