41 que este margen es suficiente. Esto es debido a la cercanía y al tipo de roca, proclives a dar frecuencias superiores a 12 Hz. De esta forma, y medidas las distancias de diferentes voladuras a las estructuras más cercanas a la cantera, se establecieron cargas compartimentadas en cada barreno de la voladura, en función de mantener la distancia escalada constante. Así, unos barrenos (los más lejanos), contaban con 2 'decks' o compartimentos separados de explosivo que detonaban en tiempos diferentes, Los más cercanos, llegaron a incorporar 3 decks para distribuir la carga explosiva. El tiempo de disparo entre decks, de arriba abajo, se estableció en 42 ms y 50 ms según se realizara la secuenciación mediante conectores de superficie o tiempos de detonadores de fondo. Por último, se recomendó no utilizar tiempos inferiores a 25 ms entre barrenos para permitir el desconfinamiento de la roca y, con ello, no superponer vibraciones. Todas estas medidas resultaron en que los 4 registros de vibraciones realizados estuvieran por debajo del umbral de estructuras tipo II establecido por la Norma UNE 22.381-93. Para documentar y controlar adecuadamente la parte operativa (la que de verdad ocurre en la voladura), se desarrollaron unos simples pero efectivos registros apoyados por una cinta métrica de alta resistencia y una cuidadosa labor de carga del explosivo. Otra directriz desarrollada para el equipo de voladuras de Canpesa fue la de disparar siempre incrementando la distancia de cada barreno a las estructuras a proteger. Es decir, alejando el frente de detonación con la secuencia de disparo. Esto ayuda a minimizar vibraciones al alterar y fragmentar el terreno por el que deben viajar las vibraciones de barrenos cada vez más distantes, disminuyendo la capacidad de transmisión de ondas por el macizo rocoso. l
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