65 En el sector minero, la adopción de sistemas eléctricos está estrechamente vinculada a la disponibilidad o posible adaptabilidad a las infraestructuras existentes, a menudo inadecuadas: “Nos consideramos parte de la transición energética y desempeñamos un importante papel de sopor te a una amplia gama de clientes para ayudarles a alcanzar sus objetivos” – destaca Muller. “Queremos que mejoren su eficiencia, pero también que reduzcan su impacto ambiental. Una de las formas de hacerlo es ofreciéndoles soluciones eléctricas.” Según Muller, el sector minero desempeña un papel clave en el extenso proceso de descarbonización. Si se lleva a cabo, la electrificación de los vehículos y las infraestructuras reducirá las emisiones de NOx, así como otras par tículas y gases de efecto invernadero. A pesar de ello, el director técnico de ventas de Perkins señala que en algunos casos se necesitan diferentes soluciones para la electrificación, sugiriendo el uso de combustibles alternativos como el diésel sintético, el biodiésel, o el aceite vegetal hidrotratado (HVO), carburantes alternativos que permitirían combinar el uso de los motores clásicos de combustión interna con la reducción de emisiones de carbono sin necesidad de invertir en nuevos equipos. El hidrógeno es otra solución por explotar en el proceso de transición energética, aunque su uso como combustible presenta actualmente algunos problemas críticos debido a las fuentes más o menos sostenibles de las que puede obtenerse: “Un tema para un buen debate. No podemos centrarnos en una tecnología específica sin tener en cuenta su impacto y el origen del combustible que la alimenta”, concluye Muller. “La industria minera es un sector clave en el que la electrificación es y será una parte importante de la descarbonización y la transición energética. Sin duda, habrá que aprender mucho antes de adoptar estas tecnologías”. Del desarrollo de la electrificación al diésel sintético, del hidrógeno verde a los explosivos no detonantes: la cadena de valor del sector OTR pasa por inversiones en investigación e información correcta. El segundo invitado, Jonathan Cohen, expone un nuevo tipo de energía alternativa relacionada con el uso de explosivos no detonantes, especialmente útil en el sector minero. Este tipo de explosión controlada con tecnología AutoStem se basa en la deflagración, un fenómeno de combustión subsónica que se produce a una velocidad aproximada de 300 m/s y que se desencadena mediante una reacción química y un sistema de cartuchos: “Describimos nuestra tecnología como el primer producto de granallado no detonante del mundo. Ni siquiera lo llamamos explosivo”, destaca Cohen. Gracias a esta solución, se evitan consecuencias como ondas de choque, el desmoronamiento de la roca, la pulverización de los minerales, así como daños en estructuras o túneles en las proximidades de la explosión. Este proyecto ofrece innumerables aspectos positivos en términos de sostenibilidad: “Dentro de 30 años será la tecnología más utilizada. Al evitar la onda expansiva asociada a los explosivos convencionales y eliminar algunos de los com-
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