20 Hormigón Ponerse delante de un papel para narrar el transcurrir de un año completo no deja de tener algo de literario. Cerrar 2022 ha sido como pasar página a ese libro que uno empieza con muchas ganas y dispuesto a que las primeras tramas te atrapen, pero que un giro de guión hace que esas expectativas cambien, poco a poco resulte más complejo de leer y, al final, solo quiera terminarlo para dejarlo en la estantería con el resto de la biblioteca. Y así, comenzar uno nuevo, recuperando la ilusión y la energía para afrontar la nueva lectura. Tras la pandemia en 2020, los signos de recuperación se comenzaban a apreciar en los resultados de producción durante el transcurso de 2021. El sector del hormigón afrontaba el pasado año con la intención de afianzar las cifras previas a 2020 y poder seguir creciendo en términos de sostenibilidad y de innovación. Los niveles de actividad volvían a ser positivos y las previsiones en las licitaciones y los Fondos Next Generation hacían ver con optimismo el arranque de un nuevo curso. Excepcionales para la revisión de precios de la obra pública con el que se reconocía a las empresas contratistas, en parte, los incrementos de los costes de la obra en 2021 para evitar así una paralización de la mayoría de ellas. Una medida que se debería convertir en un mecanismo de ajuste automático para este 2023 y con la que se pueda ajustar los presupuestos iniciales a los costes reales de los proyectos. Una de las grandes problemáticas que ha afrontado este año el sector ha sido los contratos firmados de obras con compromisos de volumen y precio prefijado y que, por lo general, no contemplan revisiones de precios. Una situación de suministro inasumible para muchas empresas en las circunstancias actuales. En esta línea, y como reflexión para seguir creciendo como sector, hemos visto la necesidad de un índice estadístico de variación de precios oficial y actualizado que posibilite referenciar de forma objetiva, clara, automática y efectiva las revisiones conforme a cláusulas que adapten los contratos a las circunstancias del mercado. La incertidumbre marcó el transcurrir de 2022 Carlos Peraita, director general de Anefhop Sin embargo, casi al término del primer capítulo, entraban en juego factores ajenos al sector que nos hacían vivir una situación nunca antes vivida en España. Ya se apreciaba el incremento de costes de las materias primas y la energía, pero en 2022 se recrudeció de forma especial. El inicio de la Guerra de Ucrania y la huelga de transportes provocaron tensiones aún mayores en los precios. Muchas plantas de hormigón llegaron a tener problemas de desabastecimiento y paralización de su actividad. Toda la cadena del proceso constructivo se vio afectada por el incremento de los costes, desde las materias primas utilizadas, los transportes, la energía, los propios materiales de construcción, los costes salariales, etc. Ya en ese momento, desde Anefhop mostramos nuestra preocupación de cómo iban a incorporarse estos incrementos a las partidas de costes sin repercutir a los clientes, hecho este imposible dada la envergadura de los mismos, pero escrito en muchos de los contratos de suministro. Tal fue la necesidad que se aprobó el RDL 3/2022 de Medidas
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