NOVEDADES 28 y explotaciones Ciento treinta años de historia en la minería metálica a cielo abierto La minería a cielo abierto se viene realizando desde los orígenes de nuestra civilización, ya que en aquellos casos en los que el mineral afloraba se hacían excavaciones con forma de trinchera que, en ocasiones, llegaba a tener hasta más de 20 m de profundidad. Estos enclaves de extracción tenían unas dimensiones muy reducidas, pero con la aparición de los explosivos, de los equipos de perforación mecánica y con los nuevos sistemas de transporte basados en el ferrocarril, a partir de la mitad del siglo XIX, se favoreció notablemente la explotación a cielo de los yacimientos metálicos frente a la explotación tradicional de la minería de interior. En el caso de España, la tecnología minera a cielo abierto en los yacimientos metálicos fue introducida originalmente entre 1840 y 1870 en las minas de hierro de Vizcaya, pues en aquella época aún no se habían iniciado las grandes cortas de la faja pirítica de Huelva, por parte, también, de compañías inglesas. Centrándonos en lo que ocurrió, en los yacimientos vascos, la explotación de hierro produjo toda una revolución económica que se tradujo en una compleja y diversa estructura empresarial. Cabe recordar que en 1855 el ingeniero británico Henry Bessemer inventó un convertidor que supuso una innovación espectacular en toda la industria siderúrgica europea, ya que permitía alcanzar unos niveles de calidad desconocidos hasta la fecha. Pero, tal tecnología exigía una importante condición al mineral con el que trabajaba, como era que dicho mineral de hierro fuera no fosfórico. En aquel momento solo se explotaban minerales férricos no fosfóricos en Suecia y en España, y más concretamente en Vizcaya. Los yacimientos poseían grandes cantidades de reservas y unas condiciones de explotación inmejorables. Es decir, se encontraban muy cerca de la superficie, con lo que las inversiones en accesos y en preparación eran relativamente reducidas. Pero, además, se ubicaban muy cerca de la costa, por lo cual eran fáciles de transportar hasta los puntos de embarque y, por si esto fuera poco, la mano de obra era abundante y barata. A todo este conjunto de condiciones se le sumó una decisión totalmente estratégica que cambió el curso de la historia minero-industrial, cómo fue suprimir la prohibición de exportar mineral de hierro más allá de los límites del Señorío de Vizcaya, mediante una decisión que tomaron las Juntas Generales, en 1863, reunidas en Guernica. A partir de ese momento, los ingleses pusieron no sólo su interés, sino su capital y su tecnología al servicio de las empresas que se dedicarían durante un largo periodo de tiempo a la extracción, transporte y comercialización del mineral de hierro vizcaíno. Así las cosas, diversas compañías extranjeras, fundamentalmente inglesas, comenzaron a planificar la construcción de diversos ferrocarriles, capaces de transportar grandes cantidades de mineral hasta los puertos y terminar con el caduco sistema de transporte en carretas tiradas de bueyes. Apareció así la modalidad de transporte ferroviario privado, pues hasta entonces buena parte del transporte que se hacía lo efectuaba el ferrocarril de Triano, que era propiedad de la Diputación. Apareció de esta manera el ferrocarril de la Bilbao River & Cantabrian Railway Co. Ltd., conocido como el ferrocarril de Galdames, cuya construcción no se concluyó hasta pasada la segunda guerra carlista, en 1876. También destacaron otros dos ferrocarriles: el de la Orconera Iron Ore Co. Ltd. y el del Regato. La obra Ciento treinta años de historia en la minería metálica a cielo abierto recoge la evolución tecnológica de diferentes familias de máquinas desde los comienzos de la minería hasta nuestros días. El libro está editado por el grupo de proyectos de ingeniería de la E.T.S.I. Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid. Autor: Emilio López-Jimeno Carrasco, doctor ingeniero de minas Cubierta del Libro de 130 Años de Historia en la Minería Metálica a Cielo Abierto.
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