46 y explotaciones SECTOR / MINERÍA SOSTENIBLE Emisiones a 2050. No hay que perder de vista que los principales países productores se encuentran fuera y muy lejos de las fronteras europeas: Australia, China, Chile, Argentina y Bolivia. Europa se ha propuesto desarrollar al completo una cadena de valor de determinados productos fundamentales para la transición verde, como es el caso de la producción de baterías para vehículos eléctricos y la infraestructura productiva para el almacenamiento de producción energética de origen sostenible. De la teoría a la acción: medidas a pie de mina La teoría es ya bien conocida pero a lo que realmente ayuda, sobre todo, a afianzar la confianza de la opinión pública e inversores es llevar la teoría a la práctica. Según indica en un informe del BBVA sobre los desafíos de la minería sostenible, las líneas básicas implicarían, entre otras, implantar sistemas de medición de impacto ambiental para saber mejor dónde y cómo intervenir, y modernizar equipamientos y maquinarias con versiones más eficientes, desde excavadoras y cintas de transporte a molinos de triturado con rodillos de alta precisión, camiones y buldóceres o grupos electrógenos. Según Weir Group, mejorar un 5% la eficiencia energética de un proceso como el triturado podría ahorrar más de 30 millones de toneladas anuales de CO2 en una explotación media. Otras medidas pueden ser los contratos PPA (‘Power Purchase Agreement’) de electricidad renovable para asegurar un suministro fijo a largo plazo. Las maquinarias son voraces consumidoras de diésel que podría sustituirse por combustibles alternativos o con plantas renovables propias como las del proyecto sudafricano ‘Sunshine for mines’. Según indican los expertos, otra de las técnicas que serían óptimas son las técnicas avanzadas de geometalurgia para evaluar la idoneidad de los suelos y reducir el impacto de las explotaciones, recuperar residuos peligrosos como los sulfuros o el cianuro usado para obtener oro, reciclar el agua de los procesos industriales o rehabilitar paisajes y entornos naturales una vez cerradas las minas. En este sentido, hay regiones como Europa que han aprobado leyes medioambientales que han precipitado el cierre de explotaciones carboníferas y obligan a las compañías a depositar fianzas para asegurar la recuperación de terrenos. El ingeniero Francisco Aréchaga, autor de obras como ‘Vida sobre Estéril’ o ‘Riqueza Restaurada’, destaca algunas como las minas de lignito en la cuenca del Rin alemana, o la de As Pontes, en Galicia, España, que aplicó cubiertas vegetales sobre una gran escombrera y hoy es una de las zonas con mayor diversidad de vertebrados en la región. La rehabilitación transformó en un lago el gigantesco socavón dejado por la explotación abierta y realizó estudios sobre la composición química del agua para que fuese compatible con el entorno y el rellenado mediante cauces naturales. Además de las certificaciones ambientales como la de Aenor, otros avances son las plantas para surtir agua marina y no recurrir a acuíferos, cauces o incluso glaciares como en el entorno de los Andes. Chile ya tiene más de diez operativas y varias más en construcción y estudio. Por ejemplo la que bombea agua a la mina de Cerro Negro Norte, a 81 kilómetros de la costa, que después de su uso industrial recupera y depura parte para riego de cultivos. También retorna la salmuera al mar. ● La demanda de tierras raras, según la Unión Europea, podría multiplicarse por diez de aquí a 2050
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