CS645

29 y explotaciones A FONDO / CLAUSURA DE ACTIVIDADES MINERAS cogiendo cada vez más peso según el socio senior de ERM, y se está llegando a entender mejor el coste total potencial que supone el cierre y sus diversas alternativas. En este sentido, Gallego ha destacado tres puntos: • A menudo, el costo total del cierre es poco realista y optimista, basado en estimaciones y cronogramas demasiado optimistas, decisiones de diseño y operación y amplificado por compromisos ambiciosos para la rehabilitación del terreno basados en busca de permisos. • Los costos de ejecución comúnmente llegan a niveles que pueden tener un impacto material en el resultado final. • Los gobiernos tienen pocos incentivos para resolver los avales y/o certificar la finalización del cierre. Esto se traduciría en costes de mantenimiento y cuidados a largo plazo. La madurez de una clausura En esta línea, el cierre de una mina va más allá de las meras actividades de demolición y rehabilitación. Los objetivos finales para el terreno deben ser realistas, estar basados en el riesgo y ser económicamente alcanzables. Según ha explicado Gallego, “como industria debemos hacer una transición colectiva de nuestra forma de pensar sobre el cierre de la gestión de un pasivo a una de desarrollo de una oportunidad de crear un legado positivo duradero mientras se administran y reducen los pasivos”. Por tanto, el cierre debe considerar “cuidadosamente” el próximo uso y contemplar si parte del sitio y sus activos se puede reutilizar conjuntamente para agregar valor y limitar gastos. Como apuntaba Marcos Gallego, las consideraciones del post-cierre incluyen una amplia gama de opciones y es necesario hacerlo de una manera organizada de gestión de dicha transición. Otro punto relevante ha sido la evolución en el pensamiento a la hora de llevar a cabo este proceso de clausura. Según Gallego, la mentalidad del sector minero hoy en día tiende todavía a pensar en la rehabilitación y el abandono del sitio y, otros elementos como la participación comunitaria y la integración regional, se consideran “tácticas”: “Es necesario hacer más para cerrar esta brecha y garantizar que se tomen las decisiones estratégicas correctas y las compensaciones a nivel operativo”. Asimismo, Marcos ha añadido que “los inversores tienen un enfoque de continuidad que tiene que ver con su licencia social para operar”. Y es que, una mala clausura o una clausura “mal asociada” será una limitación para la obtención de nuevos proyectos futuros: “Los esfuerzos están motivados por un buen hacer de los actores pero no hay un incentivo legal de que se realice. Si los incentivos no están en el ámbito legal tienen que estar en otros sitios”, ha argumentado Marcos Gallego. En lo que atañe a la legislación, según Gallego, existen pocos incentivos para un enfoque más integrado de clausura de minas salvo la protección de la Licencia para Operar. Las autoridades públicas tampoco tienen un incentivo real de devolver los avales, se ven sometidas a una sensibilidad creciente en lo que respecta a lo medioambiental. Puede estar sometidas a cualquier tipo de interés, ya sea a corto o a largo plazo. Por tanto, los objetivos finales del uso del terreno deben ser realistas y deben estar basados en el riesgo y ser económicamente alcanzables. Esto es un aspecto importante y difícil en el diseño. “Si queremos darle un enfoque adecuado tenemos que abandonar la idea de que

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx