41 y explotaciones INFORME / SITUACIÓN DEL COBRE llones de euros y proporciona empleo a unas 50.000 personas (últimos datos disponibles, 2018). Por otro lado, Europa es líder mundial en términos de reciclaje, cubriendo alrededor del 42% de su demanda con cobre reciclado. En 2020, el sector del cobre en España movilizó cerca de 5.100 millones de euros, empleó de forma directa a más de 2.500 personas y 6.380 de forma indirecta e inducida. La demanda de cobre se ha duplicado en los últimos 25 años y se espera que aumente aún más. Según un informe de McKinsey Global Institute, el consumo de cobre se incrementará en un 43% para el año 2035, impulsado en parte por tecnologías verdes como las energías renovables y los vehículos eléctricos, y por el desarrollo del mercado asiático. Los datos que expone en su informe Atlantic Copper es que en el año 2020, la distribución por sectores del consumo de cobre según sus usos fue la siguiente: Así lo muestra el informe del Banco Mundial “Minerals for Climate Action: The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition (2020)”, en 2050 se necesitará un 200% más de metales para su uso en turbinas eólicas, un 300% más para paneles solares y 1.000% más para baterías y otras aplicaciones. Un mercado sensible a los cambios El escenario económico mundial ha puesto a la cadena de valor del cobre ante nuevos retos y desafíos. En lo específico, la actividad minera del cobre, por tratarse de una industria a largo plazo y el primer eslabón de esta cadena, requiere de una gran estabilidad para asegurar resultados positivos en los diferentes ciclos productivos. El mercado del cobre está totalmente globalizado, siendo China el mayor consumidor de este metal y Sudamérica, con Chile a la cabeza, el mayor exportador de cobre mineral. Europa es la segunda región de mayor consumo del mundo y representa el 17% del consumo mundial. En concreto, España y Europa se enfrentan a retos medioambientales, tecnológicos y sociales, muchos de ellos relacionados con el suministro de materias primas que sustentan su actividad industrial y la calidad de vida de su población. Las materias primas en general y el cobre en particular, se han convertido hoy en día en un imprescindible de la sostenibilidad por su uso intensivo en las tecnologías renovables, coche eléctrico y la digitalización. Sus precios están expuestos a factores macro económicos y a su consumo, también muy ligados al desarrollo y a las infraestructuras. Los metales en general, y el cobre en particular, son esenciales para lograr la transición verde y digital. Europa es deficitaria en materias primas y también en cobre, con una dependencia del exterior de un 30% de su consumo. Por ello, el aprovechamiento de las reservas de metales, el reciclaje y apostar por la economía circular en todos los procesos productivos es imprescindible para alcanzar los objetivos del Pacto Verde. Impulso para las renovables Que el cobre es esencial para la revolución verde es algo que es más que evidente. La tecnología de las energías renovables, como la solar y la eólica, así como los vehículos eléctricos, dependen del cobre para un rendimiento eficiente. La Asociación Internacional del Cobre (ICA) subraya que, con los objetivos mundiales de descarbonización, las ambiciosas políticas de cambio climático y los cambios hacia los recursos renovables, “se necesitará cobre tanto primario como secundario (material de desecho) para satisfacer la demanda”. Y es que, según el Banco Mundial, incluso aunque consiguiéramos una tasa de reciclaje del 100% de los metales al final de su vida útil, este porcentaje no sería suficiente para satisfacer la creciente demanda de tecnologías de energía limpia. La larga vida útil de los productos de cobre también limita la disponibilidad de recursos secundarios. Es por ello por lo que iniciativas como la minería urbana y de gestión responsable de los residuos son de vital importancia para la recuperación del cobre en la cadena de valor. Ejemplo de ello es la compañía Atlantic Copper que en su reciente informe de Responsabilidad Social 2020 titulado “La conductividad social del cobre” pone de relieve su compromiso con las buenas prácticas de producción responsable de la industria y la trazabilidad del suministro de las materias primas. El cobre es fundamental para el desarrollo sostenible de la economía mundial y es por ello por lo que va a seguir aportando crecimiento en nuevos mercados como la energía renovable, la construcción, la digitalización, las infraestructuras y los vehículos eléctricos. En este sentido, el valor fundamental del cobre para el futuro se puede ver ya a través de un ejemplo claro: el vehículo eléctrico. Los vehículos eléctricos utilizan aproximadamente cuatro veces más cobre que un vehículo convencional (22,5 kg). Atlantic Copper indica en su informe de 2020, que hace referencia al Informe de Wood Mackenzie, el cuadro de previsiones de consumo de cobre por regiones mundiales actualizado al cuarto trimestre de 2020, (no incluye el consumo global de cobre reciclado): El cobre es un material esencial para la transición energética, la descarbonización, la innovación en numerosos
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