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5 y explotaciones Después de que la pandemia de covid-19 irrumpiera en nuestras vidas el pasado año 2020, los efectos de la misma siguen dejando secuelas que, a día de hoy, todavía no se han curado. Dejando paralizada el lento crecimiento de los últimos años, el covid-19 ha arrasado con toda predicción conduciéndonos a una caída de actividad particularmente intensa en aquellos sectores que más han sufrido por la reducción de demanda y las restricciones de movilidad. Las medidas de apoyo a las empresas concedidas por el Gobierno no han sido suficientes para recuperar el nivel de producción y volver a medio plazo a la senda de inversión y crecimiento potencial que se esperaba antes de que irrumpiera la pandemia. Durante este año de crisis, la economía española ha puesto demostrado tanto sus fortalezas como sus debilidades. Los procesos de transformación y digitalización futuros han tenido que ponerse en marcha de forma inminente y el ritmo de aceleración de las reformas las han situado como uno de los principales retos del país. Por ello, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el Gobierno de España en Bruselas, proporciona una ocasión extraordinaria para contrarrestar el impacto que ha ido dejando la pandemia sobre la inversión y la actividad económica de nuestro país. La puesta en marcha de este plan de inversiones y reformas tiene, según el Gobierno, un triple objetivo: apoyar a corto plazo la recuperación tras la crisis sanitaria, impulsar a medio plazo un proceso de transformación estructural, y llevar a largo plazo a un desarrollo más sostenible y resiliente desde el punto de vista económico-financiero, social, territorial y medioambiental. Asimismo, los fondos Next Generation, proporcionados por la Unión Europea, servirán como instrumentos de financiación para impulsar la recuperación y abordar una modernización de la economía española que permita retomar el camino de progreso durante los próximos años. Según lo anunciado recientemente por las autoridades, estos fondos proporcionarán a España hasta 140.000 millones de euros en transferencias y créditos en el periodo 2021-2026, que se unirán al resto de instrumentos previstos en el Marco Financiero Plurianual para impulsar inversiones y reformas en los ámbitos prioritarios a nivel europeo como apoyar la transición ecológica y la transformación digital, impulsar un crecimiento sostenible e inclusivo mediante el aumento de la productividad y el crecimiento potencial, la I+D y un mercado interior eficiente con fuertes pymes o el refuerzo de la cohesión social y territorial, entre otros aspectos. En este contexto, el presente Plan de Recuperación incorpora una importante agenda de inversiones y reformas estructurales, que se interrelacionan y retroalimentan para lograr cuatro objetivos transversales: avanzar hacia una España más verde, más digital, más cohesionada desde el punto de vista social y territorial, y más igualitaria. Los próximos años serán de vital importancia para que este Plan de Recuperación vaya dando sus frutos y redirija a España por la senda de la recuperación. ● El momento para acelerar EDITORIAL

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