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• ¿Watts o lumens? Llegamos posiblemente al caso más interesante de este artículo, ya que no estamos ante un simple error de lenguaje, sino ante un error conceptual más profundo. Históricamente se ha asociado la potencia o consumo de una fuente de luz (W) con su flujo luminoso (lm). No es que esta asociación sea falsa, pues, por lo general, cuanta más potencia consume una fuente de luz, más cantidad de luz da, pero tampoco es estrictamente verdadera, ya que la relación entre ambos conceptos no es directa. Cuando a principios del siglo XX la única fuente de luz artificial existente era la incandescencia tenía cierto sentido relacionar directamente su potencia con su flujo luminoso: una lámpara de 25 W daba ‘una cuarta parte de luz’ que una de 100 W, así de sencillo. Sin embargo, posteriormente aparecieron nuevos tipos de fuente, como la fluorescencia, los gases de descarga o el LED y cada una trajo consigo una distinta relación entre lo que consumía (W) y lo que alumbraba (lm). Por este motivo, se estableció el concepto de rendimiento, medido en lm/W. Este relaciona la potencia consumida con la cantidad de luz que da un tipo de fuente determinada. Para entendernos: por un Watt de consumo, mide cuántos lumens alumbra cada fuente de luz. De esta manera, podemos determinar que una lámpara incandescente, por ejemplo, tiene un rendimiento de unos 15 lm/W, una halógena unos 25 lm/W y una lámpara fluorescente compacta unos 60 lm/W. Uso de las tiras LED de tan solo 5 mm de grosor en el proyecto ‘Dr Ferran’ de Tres Or Studio. En las fuentes de luz LED el rendimiento ha ido variando a medida que se ha ido perfeccionando la tecnología, tanto de los propios diodos como de su electrónica asociada. Las primeras lámparas LED que salieron al mercado para el consumo general apenas superaban los 50 lm/W. Posteriormente, ya fue fácil encontrar rendimientos de entre 80 y 100 lm/W y, en la actualidad, algunas marcas como Philips ya han sacado al mercado lámparas con un rendimiento de hasta 200 lm/W. Lo ideal es que el propio fabricante especifique el rendimiento del producto en un lugar visible de su etiqueta; Ikea lo empezó a hacer en todas sus lámparas hace más de 15 años, por ejemplo. No son demasiados los proveedores para público general que lo mencionan, es algo más común en la iluminación 17 EXPERIENCIA

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