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En este artículo trataremos de clasificar y dar explicación a algunos de los errores más comunes cometidos a la hora de hablar sobre iluminación artificial, analizando su posible origen y sus consecuencias. • ¿Lámpara o luminaria? Se trata de la confusión más clásica. Es el claro ejemplo de un caso en el que simplemente existe una forma diferente de denominar un objeto o concepto entre el público especializado y el público general. En el argot profesional denominamos ‘lámpara’ a aquel objeto que emite luz cuando se conecta a un casquillo adecuado y se procede a pasar corriente eléctrica por su interior. Sería lo que en lenguaje común se conocería como ‘bombilla’. En cambio, por ‘luminaria’, en argot profesional, nos referimos a aquel utensilio o aparato que, colgado o sostenido sobre un pie, sirve de soporte a una o varias lámparas artificiales. Paradójicamente, en lenguaje común, a esto se lo conoce como ‘lámpara’. Es decir, lo que en lenguaje común se conoce como ‘bombilla’, en lenguaje profesional se conoce como ‘lámpara’; y lo que en lenguaje común se conoce como ‘lámpara’, en lenguaje profesional se conoce como ‘luminaria’. Técnicamente no se trata de un error, ya que, si acudimos a la Real Academia Española, la Desde la década de los 80 hasta hace escasos años, las lámparas halógenas fueron muy utilizadas por su pequeño tamaño y mejor eficiencia, en comparación con las incandescentes. 15 EXPERIENCIA

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