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sorprender, sin abandonar el confort en sus salas, creando distintos ambientes dentro del mismo local, para poder ofrecer variadas experiencias a los clientes. Son siempre interiores muy recargados en cuanto a materiales, texturas, colores y decoración, en la línea de la cultura india. En este caso, el restaurante Purnima, situado en la calle Goya 110 de Madrid, junto al WiZink Center, propone una experiencia moderna sin alejarse de la tradición, tanto en su oferta culinaria como en su estética y decoración. El punto de partida del proyecto era un local con todas las características del grupo, dominado por una gran decoración vegetal en techos. Este ha sido un elemento decorativo muy recurrente en los locales de la ciudad, en los últimos años. De la mano del espíritu de Khazuria, se pretende renovar esta imagen, para dar un paso más y volver a ser tendencia y vanguardia. El local dispone de tres salas, conectadas directamente entre ellas, pero con un marcado carácter diferente en cada una, acorde a la idea del grupo de crear distintas experiencias. En la sala de la entrada, sobre un fondo de espejos en el techo, como elemento principal de decoración se disponen unas lámparas circulares de 2 m de diámetro, diseñadas de forma exclusiva por el estudio Dosalcubo. Son una ofrenda floral, que da la bienvenida y, a su vez, crea una estancia tranquila y sosegada para compartir una comida informal. Las lámparas están fabricadas en madera lacada en negro, con una tela ondulante en tonos dorado y negro, retro iluminando la tela. Las lumimarias tienen un anillo de luz superior que da una luz indirecta al techo, que reflejado por la superficie espejada, le da esa sensación etérea pese al gran tamaño de las mismas. Un segundo espacio sencillo y elegante da paso a la sala de la planta inferior, donde está la sala principal del local, con una superficie de unos 60 m2. Un espacio en el que el estudio de arquitectura e interiorismo ha desarrollado el concepto del baniano, la higuera de bengala. El baniano es el árbol nacional de la India y es considerado sagrado en la religión hindú y budista. Su tronco, a medida que las grandes ramas se extienden horizontalmente, va enviando raíces aéreas que, cuando contactan con la tierra, forman troncos suplementarios, lo que da esa sensación de ser un árbol formado por distintos troncos, o incluso, ser un pequeño bosque en sí mismo. Las hojas se extienden dando una sensación etérea de flotar sobre las ramas, permitiendo el paso puntual de la luz del cielo. A través de la reinterpretación de este concepto se vuelve a meter la naturaleza en el local, una naturaleza con un alto grado de simbolismo, muy conectada con el espíritu del local. No es una naturaleza viva, ni una imitación directa, sino una reinterpretación simbólica con carga de sentimiento y significado. Detalle de las luminarias florales diseñadas ‘ad hoc’ por Dosalcubo 27 REPORTAJES

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