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Para elevar la experiencia, la luz se combina con una infraestructura tecnológica de proyecciones y sonido que trabajan en conjunto para crear ambientes vibrantes. Destaca la iluminación LED por su versatilidad y capacidad de crear una amplia gama cromática y diseñar atmósferas envolventes y generar efectos visuales impactantes, como en la instalación del ‘Caleidoscopio’. Pero también se emplean el gas radón o el láser en esta innovadora muestra. La interactividad es otro de los elementos clave en el Museo de la Luz, ya que invita a participar de forma activa a los visitantes que, a su vez, pueden crear sus propias experiencias lumínicas. Para ello, se emplean sensores de movimiento, superficies táctiles y otras tecnologías de controlar lumínico, para que los asistentes ‘jueguen’ con las luz en una búsqueda constante de sus límites. “En algunos casos se tratan de prototipos y en otras son instalaciones que se han empleado tanto en espacios urbanos como en shows al aire libre. Es un espacio de experimentación, un laboratorio lumínico, en el que el visitante es agente activo de la muestra, donde se busca crear piezas diferenciadas, donde se intenta buscar los límites de la luz”, añade Maxi Gilbert, quien expone en el Museo de la Luz parte de sus trabajos profesionales, tanto en artes escénicas y conciertos para grandes artistas tanto nacionales como internacionales. n La ‘pajarera’ conjuga luz y sonido para interactuar con los visitantes. 52 ¡A ESCENA! El Lighting Designer Maxi Gilbert al frente de una de las instalaciones interactivas del Museo de la Luz.

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