sión fuera de su control. El impacto ha sido tal que incluso hoy en día son muchas de estas plataformas las que están comprando las marcas creadoras, editoras y productoras de contenido, con el objetivo de asegurar que sigan creando y produciendo. ¿Y QUÉ PASA CON LA ILUMINACIÓN? A lo largo de las últimas décadas muchos fabricantes y distribuidores de iluminación empezaron a ofrecer también los servicios de diseño, concepción de espacios y asesoría. En la mayoría de los casos, el pago de estos servicios venía cubierto con el importe de los productos adquiridos, lo que propició la aparición de eslóganes tales como ‘servicios de diseño y asesoría gratuitos’, hecho que algunos profesionales independientes percibieron como una competencia desleal. Las fronteras entre productos y servicios empezaron a diluirse. El caso es que la tortilla está empezando a dar la vuelta: lo que en muchos casos está empezando a decantar la balanza a favor de unos proveedores en vez de otros son los servicios. Por ese motivo, seguir enmascarando su coste en el precio final del producto empieza a resultar grotesco e, incluso, peligroso, ya que llegará el día en el que comprar producto ya no será imprescindible. Hace años que muchas franquicias tanto de moda como de restauración confían siempre la iluminación de sus establecimientos a un mismo proveedor, con el objetivo de asegurar una imagen uniforme de marca. Confían en que este proveedor, conocedor de la apariencia de la marca, logrará siempre unos efectos similares, en cuanto a apariencia, tonalidades y distribución de la luz. ¿No sería el momento de empezar a cobrar en concepto de proyecto, más que en seguir cobrando exclusivamente por los productos suministrados? Sería incluso una manera de darse valor: “te cobro porque te ofrezco la confianza de que tu establecimiento va a lucir como a ti te gusta, y tus clientes se van a sentir cómodos en él. Qué productos escogeré yo para alcanzar estos objetivos es cosa mía. Y si algún día algún producto te falla, te lo repondré o te los sustituiré todos, si lo considero necesario”. Puede parecer descabellado, pero en el fondo es lo que cualquier empresa de alarmas, por ejemplo, hace en nuestros hogares. La iluminación doméstica es un campo que todavía se ha de explorar un poco. No obstante, cada vez va creciendo más el interés por poder personalizar la iluminación del hogar y hacerla más flexible. Algunos fabricantes tanto de fuentes de luz (Philips Hue – Signify, Osram – Ledvance, Ikea…) como de luminarias (Occhio, Fagerhult, Xal…) ya llevan años desarrollando sus propios sistemas de control y personalización de los aparatos, y empresas como Amazon, Google o Apple ya llevan tiempo comercializando con sistemas de control, compatibles (o no) con estas marcas, que posibilitan esa personalización… Que no llegue el día en que esa personalización sea lo importante, más que el producto en sí. Que no llegue el día en que los desarrolladores de estos sistemas de control empiecen a comprar las marcas fabricantes, como las plataformas audiovisuales han empezado a comprar las productoras creadoras de contenido. n Cada vez son más frecuentes las lámparas inteligentes controlables via Bluetooth. 17 EXPERIENCIA
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