PROTAGONISTAS a mi experiencia, cada día tengo nuevos descubrimientos. Creo que para la sociedad es más fácil hablar de la iluminación por la noche porque la cultura diurna se ha desarrollado bastante, ya que se ha mejorado la forma de construir. Si un edificio está orientado al sur o al norte podemos saber cómo utilizar la luz natural. Pero con la luz artificial todavía estamos muy inmaduros porque, por desgracia, la iluminación es cara. Además, se tarda mucho en implantar un sistema de iluminación. Así que se trata de un instrumento muy poderoso por la noche, pero en un espacio también tiene la capacidad de crear un ambiente agradable y acogedor. “Si no apostamos por un diseñador de iluminación tenemos muchas posibilidades de arruinar un proyecto lumínico” La industria está en pleno proceso de transformación. ¿Qué beneficios ofrecen las nuevas soluciones y cómo va a cambiar la forma de iluminar a partir de ahora? La tecnología va a cambiar la forma de iluminación los lugares, aunque este cambio ya se está dando. Uno de los aspectos más remarcables es que antes la iluminación era estática. Es decir, solo existían las operaciones de encendido y apagado, aunque se podían usar diferentes sistemas. Ahora la tecnología te brinda más flexibilidad, pero genera demasiada independencia en la elección y, en parte, dificulta la personalización, ya que implica más dedicación desde la fase de diseño. Por suerte, la fabricación es cada vez más precisa y con mejor calidad de luz. ¿Cómo se consigue una buena iluminación? ¿Cuáles son las claves? Es importante saber cómo la gente va a utilizar el espacio a iluminar. Existe una mezcla entre lo deseable y la realidad. Hay que analizar si realmente es necesario para cruzar una calle, leer un libro... En paralelo, existe un lenguaje cultural que debemos tener en cuenta como diseñadores y que está relacionado con la percepción y el modo de vida. Somos animales y tenemos uno hábitos muy predecibles; así que el diseñador de iluminación es responsable de dar forma al espacio de la manera más adecuada. La buena iluminación, aparte de no ser deslumbrante para que no moleste, depende también de la edad. Cuando eres un niño ves en la oscuridad; cuando se es más mayor, el contraste y la percepción del espacio es diferente. Así que la buena iluminación debe estar hecha a medida de las necesidades. 46
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx