PROTAGONISTAS mueves la luz donde pretendes llevar el centro de atención. Puedes poner la luz en un especial cenital en determinado momento que se queda solo el actor y el ojo, directamente, te lleva hacia allí y eso, muy probablemente, lo usas para hacer trampa y desviar la atención, así los actores pueden desaparecer del escenario. Hay momentos que te conviene deslumbrar a los espectadores, para que el ojo se proteja y puedas hacer un cambio de movimiento escenografía; o, a veces, la luz también sirve para ocultar cosas. Si lo combinas con humo, la luz hace de pantalla y reduce la visibilidad de lo que acontece encima del escenario. De este modo, permite engañar al espectador para que forme parte de la magia del teatro. En su dilatada trayectoria profesional ha vivido en primera persona los cambios tecnológicos que está transformando el sector. ¿La industria en qué influye en su trabajo y qué facilidades le confiere a la hora de diseñar y proyectar? La industria lo que nos está favoreciendo es en la cantidad de focos a emplear, por ejemplo, para cambiar de colores. Además, la robótica en escena nos está permitiendo, a la hora de generar especiales, utilizar menos focos. Así, en un mismo aparato, se pueden disparar distintos puntos de color, hacer rotaciones… que anteriormente no podíamos hacerlo. Antes era un foco y un color y si querías hacer un efecto de rotación tenías que comprar un aparato específico. Eso suma dimmers de potencia y no todos los teatros están preparados. La tecnología está suponiendo un cambio porque, pasamos de sacar la escalera de escena para dirigir, a usar la robótica desde una mesa. Esto también te permite, sobre todo, en grandes shows, ganar tiempo de montaje y calidad de trabajo. Como bien ha señalado, las últimas innovaciones, además de focalizarse en la sostenibilidad de la industria, también avanzan hacia la eficiencia de las lámparas y mejorar el puesto de trabajo. Evidentemente. Antes se trabajaba sólo con electricidad, ahora se trabaja con 0 y 1. Hay más factores porque dependes de la electrónica. Antes tirabas una manguera de miles de hilos para llegar a control y ahora necesitas un cablecito RJ y esto nos ha facilitado mucho el trabajo. Yo por ejemplo estoy a favor de la evolución al mundo del LED. Cuando pasamos a los focos móviles del Tungsteno a la lámpara HMI, ya costó adaptarse o con la robótica de primera generación, con el ruido que generaban los ventiladores, que no nos servía para teatro. Puedes ser muy buen iluminador, pero el teatro es silencio y esos ventiladores entorpecían la obra. El LED, en cambio, nos permite recuperar el silencio en el teatro. Los ventiladores tienen menos electrónica y tampoco generan la misma temperatura, así que ya no hay miedo de quemar un telón como sí podía suceder con los antiguos focos. ¿Estas innovaciones y disrupciones que estánenelmercado ha provocado que haya vuelto a reaprender el oficio? Por supuesto, y a volver a acostumbrar el ojo porque, de repente, la luz se ha convertido en otra cosa, en especial en los matices que te daban las lámparas de Tungsteno. ¿Qué hemos conseguido? Con el LED hemos visto el blanco, porque el blanco del Tungsteno era más cálido, así que hemos aprendido a reconocer este color. ¿Existe estandarización en los diseños de iluminación en artes escénicas? ¿Hay un patrón predefinido o unas normas en los proyectos? Hay libros que todos hemos estudiado sobre cómo iluminar, no obstante, la iluminación es algo muy personal y subjetivo. En teatro puedes determinar iluminar o no todo el rostro de un actor, jugar con los claroscuros que no se permite en televisión. Pongo de ejemplo uno de los Premios Goya que iluminé junto a Juan Carlos García, jefe de iluminación de RTVE, recuerdo que me decía que estaba acostumbrado a jugar con lo que él veia en la pantalla y eso era lo que mandaba sobre la visión general del show, que era lo que yo valoraba. Concha Velasco y Nuria Espert han sido actrices con las que ha podido trabajar Juanjo Llorens encima del escenario. 51
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