también por el despliegue técnico de infraestructura, unidades y dispositivos de control que hoy día se requieren y que, de momento, resultan efectivos para desempeñar luz de escenario. Pero sería necio conformarse con las simpáticas interpretaciones que se les encomiendan hoy día. Así, como viene sucediendo en otras industrias que utilizan a los drones como herramienta de trabajo, existen potenciales nichos por explotar que tiene que ver, por ejemplo, con el rol asistencial que puede desempeñar la luz en un ámbito masivo. La posibilidad que una fuente lumínica pueda desplazarse por el espacio podría permitir que, desde el aire, la audiencia detecte los espacios con menor aglomeración para distribuir correctamente a los ingresantes, o bien, si se tratara de eventos con asientos, se podría utilizar a los drones como dispositivo que indicase dónde encontrar butacas vacías. Del mismo modo, podrían brindar apoyo en materia de evacuación, tal y como funcionan las luces camineras de las aeronaves. Supongamos, por un instante, que producto de la oscuridad, un niño se pierde en la muchedumbre, o bien, un visitante tiene una descompensación. El concepto sería el mismo, la luz desplazándose como guía. En cuanto al desempeño artístico, también se puede conjeturar un futuro prometedor con esta nueva herramienta. El Cirque du Soleil es pionero en incorporar este equipamiento para poder interactuar activamente con artistas. lo mismo podría trasladarse a espectáculos de danza que requieren un seguimiento ágil de los intérpretes. La tecnología dron también podría utilizarse, cuando las distintas normativas y los protocolos lo acompañen, para extender los límites de un concierto musical, que por ahora solo se despliega sobre los escenarios, por encima de las cabezas de todos los espectadores. Se podría pensar en los mismos como el vehículo para extender, a lo largo y ancho de los recintos, aquella experiencia sonora con la sensación lumínica que la misma genera. Existen numerosos estudios que ahondan en las posibilidades de interrelacionar sonido y luz según diferentes criterios, ya sea a través de experiencias sinestésicas, paralelismos concretos entre las longitudes de ondas que tiene cada frecuencia sonora, contrastada con las frecuencias de cada color del espectro visible, o bien interpretaciones de la percepción humana, en función de notas musicales y colores de la luz, según estados del ánimo. En definitiva, se podría considerar la posibilidad que, en lugar de figuras literales, los drones puedan convertir en elementos tangibles y conectados entre sí, a la luz y al sonido sobre cualquier audiencia. La configuración de software que requieren los drones podría incorporar, sin mayores dificultades, los procedimientos necesarios para interpretar la entrada sonora desde las consolas de operación, para traducirlas en una combinación RGB concreta y así potenciar la experiencia sensorial más allá del simple proceso de encenderse o apagarse cuando hay sonido o deja de haberlo. CONCLUSIONES Mientras que la gran mayoría de las industrias, en las que la tecnología VANT viene dejando huella, aprovechan mayoritariamente su posibilidad de elevarse, considerablemente, por los cielos; en materia de iluminación resulta destacable una cualidad diferente: la de poder iluminar sin necesidad de implantar obstáculos arquitectónicos en el recorrido de las personas. Esto resulta prometedor en recintos que aúnan multitudes, ya que la instalación necesaria para no entorpecer el paso actualmente es periférica, responde a un único uso por luminaria y principalmente es estática, mientras que la aparición de estos dispositivos aéreos supone una posibilidad de barrer con esas limitaciones e invita a proponer una multiplicidad de potenciales configuraciones. Si bien todo indicaría que la implementación está a la vuelta de la esquina, es necesario señalar que, aún queda un camino considerable por transitar en materia de normativa y documentación científica, respecto a la tecnología. Aún con la instrumentación que se les da hoy a los drones, en términos de espectáculos lumínicos, la información analítica disponible de cómo se implementa este recurso es completamente reducida, dando lugar a improvisaciones o a la necesidad de contratar empresas que desarrollan la actividad en un circuito completamente cerrado. En la medida que se comience a considerar al propio dron como luminaria, más prontamente se podrán expandir las posibilidades de utilizarlo como herramienta, para hacer de la luz artificial (ya sea asistencial o recreativa) un recurso que no requiere un posicionamiento fijo en el espacio. n BIBLIOGRAFÍA • Augugliaro, F., Keays, B., Waibel, M. (2017). Drone shows: Creative potential and best practices. ETH Zurich. • Iturbide, M. (19 de Octubre de 2021). Espectáculos de drones nocturnos– Drone Light Shows. Disponible en: https://www.droneguru.es/ espectaculos-de-drones-nocturnos-drone-light-shows • Keller, M. (2006). Light Fantastic. Munich: Prestel Verlag. • Perez, J., Gilabert, E. (2 de Julio de 2010). Color y música: Relaciones físicas entre tonos de color y notas musicales. IX Congreso Nacional del Color, Alicante, España. • Stalin, J. (2019) LightFly_bot(s). Trabajo de fin de master. Universidad Politécnica de Barcelona. Director Muros-Alcojor, Adrià. 12 AULA CD
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