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La Más Rica es un estudio de luces, materiales y espacios. El diseño metódico y detallista de cada elemento, creado en colaboración con la diseñadora e interiorista Olga Quintana, permite que cada uno de los espacios sea diferente, creando zonas únicas con ambientes separados a la vez que conectados por la misma identidad marítima e industrial característica del restaurante. Destacan elementos como las luces y el revestimiento de cuerdas que cuelgan desde el espacio de doble altura a lo largo del techo, o las paredes que se combinan para crear ritmos de luces y La zona de aseos es también uno de los espacios icónicos de este proyecto de interiorismo. Foto: Celia de Coca. a diferentes situaciones. Para ello, la iluminación - tanto natural como artificial - juega un papel fundamental, marcando el tempo del restaurante desde la salida hasta la puesta del sol. El cruce de visuales de arriba abajo (y viceversa), visible desde el exterior a través de los ventanales, se encuentra en el centro con una luminaria circular de grandes dimensiones que ilumina todo el espacio y se funde a la perfección con las líneas curvas del restaurante. Esta luminaria, diseñada a medida entre el estudio de arquitectura Arquid y Olga Quintana, inspiró y fue el hilo conductor de otros elementos destacados del proyecto. Durante el día, el restaurante absorbe la luz natural que entra por los amplios ventanales y llega hasta las mesas interiores y la barra de bar. Poniendo el foco en la tímida actividad de las personas que disfrutan del desayuno y el almuerzo temprano. Pero a medida que transcurre el día, y en cuanto se pone el sol, el restaurante se convierte en un ‘faro’, un lugar lleno de vida en el que la actividad y la efervescencia de la noche lo transforman en una caja de luz, proporcionando un entorno ideal para los transeúntes de la ciudad. n sombras, así como el claroscuro que se proyecta suavemente por todo el espacio y que permite obtener una atmósfera cálida y acogedora en el interior. El proyecto destaca también por su apuesta por la transparencia del espacio y el respeto por la estructura original. Durante el proceso de creación se opta por mantener los pilares y forjados vistos, utilizando para los acabados materiales sencillos como el hormigón, dejando a la vista las entrañas del espacio. Se decide combinar esto con detalles industriales refinados que pueden apreciarse tanto en las perfilerías metálicas de las ventanas como en los barriles de cerveza, estos últimos también a la vista del cliente. En la entreplanta, unas escaleras con geometría curva revestidas con toques marítimos, conducen a la zona del reservado, donde celebrar eventos o reuniones más íntimas. En un lateral nos encontramos con la cocina, visible a través de un cristal translucido que enseña todos los entresijos del local; el lugar donde todo toma forma. LA LUZ DEL ‘FARO’ El principal objetivo de este proyecto era crear un espacio abierto y un lugar ‘mutante’ que evoluciona y se adapta 55 REPORTAJES

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