ICANDELA_CN44

El urbanismo actual está condicionado por un desarrollo sostenible y compacto que definirá las ciudades del futuro. Un intenso crecimiento poblacional y el perfil de la pirámide de edad europea hacen prever algunos desenlaces, mientras que en el contexto español también influirá el impacto de la generación del 'baby boom'’ y una creciente crisis energética. Por otro lado, acabamos de pasar un periodo de pandemia mundial caracterizado por una cuarentena prolongada con efectos negativos en la salud mental y física, por la privación de la luz solar. La hipótesis de partida es que las ciudades del futuro serán compactas y densas, como muestran las proyecciones del porcentaje de población humana en los centros urbanos, que alcanzará el 90% a finales del siglo XXI (1). En efecto, tendremos que solucionar los problemas de dispersión urbana, gestión de la energía, recursos, contaminación del aire, accesibilidad y segregación social (2). Mientras tanto, las ciudades compactas ofrecen bajas proporciones de zonas libres, esenciales para el bienestar de los seres humanos (3). Por consiguiente, existe la preocupación de si todas las viviendas van a tener luz suficiente y de calidad, para garantizar el bienestar de sus ocupantes, con la inevitable necesidad de mantener un buen equilibrio entre la luz solar y artificial. Pongamos por caso, las estrategias que la cultura nórdica utiliza para esquivar la baja intensidad del invierno y los bajos ángulos solares en verano, desde unamentalidad sostenible con productos de bajo consumo y un diseño de interiores minimalistas. En definitiva, se busca analizar si es posible generalizar a otros países la aplicación de dichas estrategias o si están intrínsecamente vinculadas a un entorno geográfico y un contexto cultural nórdico. TONOS DE BLANCO En primer lugar, la posición geográfica de los países escandinavos y sus paisajes comúnmente llenos de nievemuestran la importancia del color blanco, como una respuesta automática en estos climas árticos. Puesto que, es bien conocido y científicamente explicado por la física, que las superficies blancas brillan con mayor intensidad que la de los objetos coloridos. En efecto, mientras los otros colores absorben y reflejan discriminadamente, el blanco es capaz de reflejar todas las longitudes de ondas, lo que añade un significativo factor de reflectancia (4). Son muchos los ejemplos que utilizan tonos de blanco para iluminar el interior, mientras se crean espacios profundos que, a diferencia de parecer estériles y desconectados del usuario, son serenos y crean atmosferas sedativas. Tomemos como ejemplo el Museo de Arte Nordjyllands (Aalborg, Dinamarca, 1972) de Alvar Aalto y Jean-Jacques Baruél, su espacio está directamente afectado por las variaciones horarias y del clima, a través de las aberturas cenitales que introducen la iluminación mostrando la reflectancia del blanco en la estructura curvilínea, lo que a cierta hora del día es capaz de crear con naturalidad una línea horizontal de iluminación auxiliar. En los países nórdicos existe una mayor concienciación sobre la realidad energética, pese a su mayor necesidad, especialmente, en los meses invernales, donde la luz natural es escasa. Foto: Tomasz Majewski. La reflectancia se expande en interiores con prevalencia del blanco, que actúa como un lienzo con fondo reflector. 9 AULA CD

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