EDITORIAL Avanzar hacia los orígenes La luz es experiencia. Crea emociones, pero también permite disfrutar de una realidad ilusionante e inmaterial, pero necesaria para suplir las carencias del mundo que nos rodea. Una iluminación en crecimiento y desarrollo, que ofrece alternativas y una alta conectividad, para adaptarse a unas necesidades latentes, que deben transformar el sector. La firme apuesta por la sostenibilidad, una clara regresión a los orígenes artesanales y, muy especialmente, la evidencia de una mayor preocupación por el uso de los materiales y su perdurabilidad en el tiempo, son temas candentes. Los objetos lumínicos han dejado de ser efímeros, cuya función va más allá de lo meramente estético. Prueba de ello es la próxima celebración de una de las ferias de referencia internacional: Light & Building. La pandemia obligó a su suspensión y, tras más de dos años de espera, la feria se ha reforzado para mostrar esta nueva realidad. En Messe Frankfurt están preparados para acoger una de las mejores ediciones que se recuerdan, aunque también atípica en una versión otoñal, que tendrá lugar del 2 al 6 de octubre, donde se ofrecerá una visión completa de las tendencias del sector, con novedades de las principales marcas, además de aportar las soluciones tecnológicas más innovadoras. Pero, muy especialmente, se hará hincapié en la mayor concienciación medioambiental. El LED se ha convertido en el principal aliado y, pese a que su adaptación es progresiva y extensiva, existe un debate alrededor de la transformación de diseños clásicos e icónicos. En cualquier caso, la sostenibilidad es un ‘must’, pero ahora se suma una nueva corriente sobre la afectación que la luz artificial tiene sobre las personas. Es indudable que ahora que se acercan los meses más ‘oscuros’ del año, la demanda eléctrica aumentará. En países nórdicos, por ejemplo, donde la luz solar escasea en invierno, la luz artificial es una necesidad vital en los hogares, pero, indudablemente, esta iluminación incide en la salud de adultos y niños. Los beneficios de la luz natural no pueden suplirse, pero sí, encontrar alternativas que afecten en menor medida a nuestras alteraciones biológicas. Y no podemos dejar atrás una realidad todavía más preocupante, con la guerra de Ucrania como telón de fondo, sobre la crisis energética y las intermitencias de suministro. La industria lumínica tiene un largo camino por recorrer, pero también debe resolver las incógnitas que suscita este nuevo escenario.
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