‘Primer Atardecer en el Pacífico’ es una obra de arte lumínica que sólo se puede contemplar si se accede al aparcamiento de Núñez de Balboa, 52. Obra de Clavel Arquitectos, rompe con la tendencia de los sótanos oscuros, para desprender un inmenso océano en su interior. Un viaje lumínico que invita a experimentar, como hace más de cinco siglos, hizo el propio Vasco Núñez de Balboa cuando, por primera vez, descubrió lo que hoy conocemos como el Océano Pacífico. Madrid es una trama de calles asfaltadas que contrasta con la atmósfera que desprende un original aparcamiento situado en el barrio de Salamanca. Una ciudad sin mar que puede llegar a sentir la brisa marina, gracias a este proyecto de iluminación de Clavel Arquitectos, gracias a su diseño moderno, para ofrecer una auténtica experiencia a sus usuarios. En claro homenaje al navegante que da nombre a la avenida donde se sitúa The Orbit Car Park, el estudio ha querido acercar el mar a un espacio gris y oscuro como es una zona de aparcamiento. La luz baña todas las áreas, siendo uno de los descubrimientos de la ciudad. De este modo, entre los enterrados y fríos muros desgastados, se puede disfrutar de la magia de una increíble puesta de sol en su interior. Esto es gracias a la adecuada intervención en este aparcamiento ubicado en el número 52 de la madrileña calle de Núñez de Balboa, que conduce a un viaje en el tiempo. En concreto, se retrocede hasta 1513, convirtiendo la cotidiana búsqueda de aparcamiento en la recuperación del descubrimiento de un nuevo océano. TÚNEL DEL TIEMPO Desde la calle, un túnel formado por repetitivos arcos de luz blanca, que deslumbra sobre la neutralidad del fondo negro, invita a adentrarnos en su interior hacia un ‘mundo desconocido’. De hecho, desde la entrada nada hace presagiar lo que ocurre en su interior. A mitad del recorrido, el túnel se dilata para dividirse y dar acceso a un total de 37 plazas de aparcamiento en dos niveles. Desde este punto ya es posible distinguir al final del túnel unos muros bañados por una intensa luz bicolor que contrasta, radicalmente, con la neutralidad del blanco y negro. Azul en su mitad inferior y naranja intenso en la superior, dibujan sin mezclarse una nítida línea de horizonte. Esta iluminación azul, combinada con el empleo de un pavimento a base de resina del mismo color, consiguen inundar ambas plantas del aparcamiento del intenso añil del Pacífico. Sin embargo, es cuando se gira el volante para llegar a la plaza de aparcamiento, cuando la puesta de un enorme sol sorprende reflejándose en el pavimento. PROYECTO DE ILUMINACIÓN DE CLAVEL ARQUITECTOS Un viaje en el tiempo en un aparcamiento de Madrid 47 REPORTAJES
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