ICANDELA_CN44

EXPERIENCIA Pero llegó la tecnología LED y las ventajas de estas lámparas empezaron a quedar obsoletas, en comparación con las de esta nueva solución. La principal es que las fuentes de luz LED, con un tamaño menor que el de las halógenas, tienen un rendimiento diez veces superior; es decir, emiten diez veces más lúmenes por vatio consumido. También ofrecen una vida útil hasta treinta veces superior. Al llegar el LED se optó por dos caminos: fabricar luminarias completamente nuevas (aunque de dimensiones parecidas o iguales a las de los aros de las antiguas dicroicas) con chips LED integrados, o fabricar versiones LED de las antiguas dicroicas para poder usarlas en los antiguos aros. Las diferencias entre estos dos caminos no son únicamente físicas (fuente de luz externa ‘versus’ fuente de luz integrada), sino también funcionales y aquí está el ‘quid’ de la cuestión. La primera y más básica consiste en tener en cuenta que la tecnología LED está completamente ligada a la electrónica, y que, por tanto, las fuentes de luz LED para funcionar necesitan la conversión de corriente alterna a corriente continua, y un voltaje y amperaje concretos. Eso se traduce en la necesidad del uso de un driver. Cuanto más alejado esté de la fuente de luz (y por tanto menos calor reciba) y mayor sea su tamaño más prestaciones ofrecerá: la principal es una mayor vida útil. Las lámparas dicroicas LED, dada la necesidad de conservar su tamaño original para encajar en las luminarias antiguas, constan de un minúsculo driver incluido en la propia lámpara que al ser tan pequeño y estar sometido al calor termina estropeándose y acortando la vida útil de la lámpara. Este problema se resolvió con la aparición de las dicroicas LED con driver externo, que permitieron un uso mucho más prolongado de la lámpara, ya que el driver no entraba en contacto con el calor de ésta, eliminaron las limitaciones de espacio y aportaron la posibilidad de reponer únicamente el driver si éste se estropeaba. Aun así, estas no dan ni darán nunca solución a la segunda diferencia: las prestaciones. En el proyector ‘Le Perroquet’ de iGuzzini, se ha sustituido el transformador y la luz halógena, por un driver y chips LED, para adaptar la luminaria a los preceptos actuales, sin perjudicar su esencia. 20

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