ICandela_CN42

EDITORIAL La poética en la iluminación La luz ha dejado de ser un instrumento para, únicamente, iluminar espacios, a convertirse en un vehículo con potencial para provocar emociones y sensaciones. En este sentido, la iluminación se convierte en el hilo conductor de un discurso, casi poético, y es parte activa de una obra. Ya sea una representación teatral, una exposición museística o una expresión urbana, las nuevas tecnologías han fomentado la inclusión de la luz en el contexto artístico. Junto con la música, el juego de luces se convierte en un actor más sobre el escenario. Y, gracias a la infinidad de posibilidades que ofrecen las luminarias actuales, es posible recrear situaciones diurnas o nocturnas, incluso de atardeceres, pero también se suma al guión preestablecido para generar terror, alegría e incluso suspense y drama. Un conjunto de sensaciones que se transmiten directamente al espectador. Y esta explosión de probabilidades viene precedida por el avance en el LED, que ofrece mayores ventajas que las luminarias tradicionales. No sólo en términos técnicos, gracias a su reducido tamaño, sino que también requieren un menor consumo energético. Esto favorece, a su vez, a adoptar una actitud claramente sostenible, posicionándose el sector de la iluminación en un agente directo en la preservación medioambiental. Esta versatilidad es la que ha contribuido a su mayor difusión en otros campos de la iluminación, hasta entonces mucho más limitados. Las artes escénicas son el ejemplo más contundente. En este número de iCandela ofrecemos ejemplos de este oficio, al margen del arquitectónico, como puede ser el museográfico. Pero también exponemos su gran complejidad, para adoptar una actitud hermenéutica y objetiva, para mejorar la contemplación sin interferir en los ojos del observador. La luz como un elemento que contribuye a dignificar el propio objeto, sin desvirtuarlo, provocando una emoción placentera que no deja a nadie indiferente.

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