ICandela_CN42

PROTAGONISTAS un futuro no tan lejano, la especie humana sobreviva decentemente en el planeta azul. La apuesta por el LED es sólo una pequeña parte de la política de sostenibilidad que deben de aplicar los museos, para reducir la huella de carbono y hacer de estas instituciones ecosistemas sostenibles; eso implica poner en marcha políticas culturales completamente diferentes a las actuales. Es licenciado en Física, ¿de dónde le viene el interés por la iluminación? Casualidades de la vida, supongo. Sí recuerdo que cuando vi anunciado en un periódico el curso de postgrado en iluminación, que incluía un módulo de iluminación de museos, de la escuela de ingenieros de Barcelona, me fui al despacho del director general de Bellas Artes, que entonces era Jaime Brihuega, y le dije que quería hacerlo. La respuesta fue: vete y hazlo, así que ahí encontré un apoyo que sería esencial para mi desarrollo profesional. Cuando entré en el mundo de la conservación no tenía una idea clara acerca de qué podía hacer yo. En cierta manera, la iluminación y la óptica es un asunto natural, para quien ha estudiado Ciencias Físicas y creo que por eso me decanté por ello. Pero ojo, se trata de ciencia y tecnología aplicadas a la protección de Bienes Culturales, lo cual es, o por lo menos para mí lo ha sido, bastante sencillo. Siempre digo que no es lo mismo ser físico que haber estudiado ciencias físicas. Igual que tampoco es igual ser historiador que haber estudiado historia. Cuenta con una dilatada trayectoria profesional, pero ahora ejerce de consultor de Intervento. En diciembre de 2004 me marché del Instituto de Patrimonio y asumí la dirección de Intervento hasta que, en 2019, decidí retirarme oficialmente, aunque todavía me dedico a la consultoría, a escribir y contar lo que se a quien le interese. Debemos dar paso a las nuevas generaciones, además, actualmente, no tengo la energía necesaria, para impulsar proyectos como antes. La ventaja es que me desentiendo de los aspectos más farragosos inherentes a cualquier proyecto y me centro en lo que resulta más divertido: pensar cómo iluminar y ver el resultado. ¿Cuál ha sido el trabajo más enriquecedor o el mayor reto de su carrera? Hay algunos proyectos que realicé de joven y que continúan igual, como es el caso de las pinturas de Goya en la Ermita de San Antonio la Florida de Madrid. Llevo años proponiendo que se renueve el sistema. Es una pequeña joya que contiene unas de las mejores pinturas murales del siglo XIX del mundo. Por mi parte continúo ‘peleándome’ con el Ayuntamiento, insistiendo una y otra vez en que es imprescindible, por razones de conservación y mejora de la iluminación de las pinturas, acometer la reforma. Haber tenido la oportunidad de diseñar y dirigir la instalación del primer sistema de iluminación y de control medioambiental modernos, para las cuevas Altamira a principios de los noventa, junto con Juan A. Herráez, tuvo una influencia decisiva en mi carrera profesional. Es incuestionable que en la profesión existe cierto anhelo, por parte del colectivo del Light Designers, de integrarse a proyectos de iluminación vinculados a las artes escénicas, convirtiéndose en objeto de deseo. ¿Hay oportunidades en este sector para tantos aspirantes? Todo lo relacionado con el Patrimonio Cultural y las artes escénicas, en general, tiene un gran potencial en nuestro entorno. No obstante, es un mundo pequeño en el que, si no tienes un bagaje, resulta difícil entrar. Tampoco es una profesión sencilla ni está correctamente remunerada. ¿Qué ventajas tiene? Desde mi punto de vista, trabajar en el entorno del arte es más placentero, conlleva mucha más responsabilidad y no estás sujeto al capricho de clientes a quienes, únicamente, les importa el dinero. Yo siempre he sido un amante de lo público y sostengo que la Administración debe ser el vector, más que la iniciativa privada, en investigación y desarrollo en todos los ámbitos del conocimiento. Por desLa iluminación proyectada en la Ermita de San Antonio de la Florida, en Madrid, revela frescos de gran calidad artística firmados por Goya. Foto: Tomás Antelo. Cortesía: Intervento. 45

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx