ICANDELA_CN41

El primer refugio del hombre fueron cuevas naturales, en ellos tendrá las primeras experiencias con la natura- leza de la luz. Conocerá la luz natural variable, atmosférica y utilitaria a cielo abierto, y también descubrirá la luz diri- gida, intensa y enigmática, entrando a través de perforaciones cenitales y de grandes aberturas verticales en el interior de grandes grutas, durante momentos concretos del día. Después, durante la noche, conocerá el fuego y cultivará su luz constante, cálida, acogedora y limitada. Con el fuego descu- brirá las sombras, el mito de la Caverna de Platón recogerá el papel de las sombras como elemento de información espacial, de relación entre una realidad tridimen- sional y su imagen plana. Las sombras definen los objetos y los sitúan en el espacio. Esta dualidad día-noche nos acompaña hasta el momento actual sin ponerla en cuestión. La luz existe como lo opuesto a la oscu- ridad. El matiz entre luz y oscuridad es la penumbra, igual que entre el blanco y el negro lo es la escala de grises. Tal y como Junichiro Tanizaki (1886-1965) dice en su libro 'El Elogio de la Sombra', "lo bello no es una sustancia en sí, sino un juego de claroscuros producido por la yuxtapo- sición de las diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modu- laciones de la sombra”. El claro-oscuro constituirá la paleta cromática que, al igual que en los pintores, permitirá a los arquitectos cualificar el espacio. La luz nos produce emociones de todo tipo, con ella creamos espectáculos y celebraciones y, sobre todo, la luz influye en nuestro bienestar, salud y calidad de vida. Toda la arquitectura que conocemos siempre se ha realizado bajo unas condi- ciones de iluminación concretas. Si nos fijamos en la arquitectura de diferentes latitudes llegaremos a la conclusión que está fuertemente influida por el clima y ha sido concebida bajo el papel domi- nante de la luz natural. La relación entre la fachada del edifi- cio, el espacio arquitectónico y la luz natural ha condicionado el desarrollo de la arquitectura hasta la aparición de la iluminación artificial, definiendo tanto su lenguaje como sus estilos formales. Por ejemplo, las viviendas de fachada estrecha y gran profundidad obligan a realizar ventanas, lo mas altas posibles, que permitan entrar la luz en profundidad, característica principal de la arquitec- tura civil del centro-norte europeo. En algunos casos, el muro llega a desapa- recer totalmente. La fachada es una compleja composición de ventanas. Pintores como Vermer han plasmado de manera magistral las cualidades de la luz nórdica. ARQUITECTOS CON ESPECIAL SENSIBILIDAD HACIA LA LUZ Quisiera hablar ahora de algunos arqui- tectos que han tenido una especial sensibilidad hacia la luz, son influyentes y sus obras muestran diferentes plan- teamientos acerca del papel de la luz, a través de sus proyectos o de sus escritos. Antoni Gaudí dice que “la arquitectura es la ordenación de la luz; la escultura es el juego de la luz”. Esto muestra que hay una gran diferencia entre arquitectura y escultura, la luz en la arquitectura requiere orden, rigor, racionalidad; mientras que en el arte (nos habla de escultura) puede jugar, romper el rigor, la racionalidad y establecer nuevos efectos y más creativos. La famosa frase “la arquitectura es el juego sabio, correcto ymagníficode los volúmenes bajo luz” de Le Corbusier nos habla exclu- sivamente de la luz natural, de la luz solar. Se refiere, sobre todo, a la esa luz intensa, directa, propiade cielos descubiertos y rayos de sol verticales cayendo sobre superficies texturizadas y volúmenes complejos. Para Luis Khan: “El sol no supo de su gran- deza hasta que incidió sobre la cara de un edificio”. Es decir, es la arquitectura, la materia, la que define las cualidades de la luz, la luz natural evidentemente. Peter Zumhtor, en su libro 'Atmosferas', reconoce las dos formas de luz y afirma: “En lo que se refiere a la luz, natural y arti- ficial, debo confesar que la natural, la luz sobre las cosas, me emociona a veces de tal manera que hasta creo percibir algo espiritual”. Aunque lo más significativo es que nos habla de 'emociones' y no de efectos formales, abriendo la necesidad de pensar en la dimensión humana de la luz. Y Tadao Ando va más allá cuando afirma: “La arquitectura sólo se considera com- pleta con la intervención del ser humano que la experimenta”. Es decir, su arqui- tectura presente bajo la luz necesita que sea experimentada por el ser humano para ser completada. Jardín OBOS Living Lab con iluminación HHL. Foto: Tomasz Majewsk. 9 AULA CD

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