nº 28 - pág 76 tierras CAPRINO] 2019 nadero para dedicar parte de la producción láctea de sus cabras a alimentar los cabritos para que sean destinados a un mercado más exigente supondría un gasto superior a los 60 euros, teniendo en cuenta que el precio de la leche es remunerativo y no sería lógico dedicarla a la producción de carne, máxime que en esta cantidad no se tiene en cuenta la mano de obra y el manejo, ni los gastos en profilaxis indispensable para el desarrollo del animal. Para que la importancia económica de la carne sea similar a la de la producción láctea, la adquisición del cabrito tendría un coste muy superior al que actualmente se paga por la pieza, sobre todo en los momentos de mayor demanda, desde los meses de septiembre a la navidad, no digamos en los meses de principio de año, donde los precios de la carne de pequeños rumiantes caen a niveles de difícil defensa porque los costes de producción no disminuyen. Los animales alimentados con leche maternizada reconstruida tienen una calidad organoléptica similar a los que toman leche de la madre, aunque carecen de las características demandadas por el mercado ‘gourmet’ más exigente, y aunque dispondrán de precios altos en los periodos de mayor demanda, no existen argumentos para un pago mayor de las piezas. Hay que tener en cuenta que el consumidor final necesita ser asesorado por el gastrónomo de turno, el cual tiene que convencerle de que ese producto a ese precio tiene características especiales que no tienen los de la competencia, y en la actualidad esas diferencias sólo se encuentran en la forma de manejo y en la calidad de los alimentos con que se crían los animales. Por todo ello, los parámetros que pueden defender los precios al alza son los siguientes: tipo de manejo (cría junto a la madre), tipo de alimentación (leche materna), sistema en pastoreo de los adultos e incluso en estadios finales del cabrito, espacios en libertad durante buena parte del día para el buen ejercicio y por tanto mejor desarrollo, respeto por el medio donde se crían los animales y adecuación socioeconómica de los productores. Cada uno de ellos supone un incremento para la satisfacción de las necesidades del estatus social al que van dirigidos y, por tanto, sumarán para alcanzar la decisión de consumir esta carne, y no otra, a precios remuneradores. REFERENCIAS - Vázquez-Briz, S., Pérez-Baena, I., Gómez, E. A., Rodríguez, M., Peirs, C., Fernández, N. (2015). Características de crecimiento de cabritos de raza Murciano-Granadina comparando un sistema de media leche con uno de lactación artificial. AIDA, XVI jornadas sobre reproducción animal. Tomo I, pp: 93-95. - Cordero, R., García, C., (2007). Raza caprina Blanca Celtibérica. Estado actual, ecología y zootecnia en España. Ganadería. Noviembre- -Diciembre. Informe técnico. - Alcañiz, J. (2019). Lactorremplazantes para la recría y el cebo de corderos. Tierras – ovino. N:27. Pp: 12-13. - Mantecón, A.R., Giráldez, F.J., Manso, T., Lavin, P., Frutos, P (2000). Lactancia artificial en ovino y caprino. XXV Jornadas Científicas y IV Internacionales de la Sociedad Española de Ovinotecnia y Caprinotecnia, p.: 49-58. - Peinado, B., Almela, L., Poto, A.(2007) Estudio comparativo de parámetros de calidad de la canal y de la carne del cabrito Murciano- -Granadino y Blanco Celtibérico. III Congreso Nacional de Calidad Alimentaria. Sección Poster. Murcia. ✔
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