nº 28 - pág 36 tierras CAPRINO] 2019 para desplazar las vísceras y localizar el aparato genital con mayor facilidad. Luego se insertaba otro trocar y a través del mismo se introducía un laparoscopio rígido acoplado a una cámara que permitía la visualización de la cavidad abdominal (Telepak®, Karl Storz). La realización de las laparoscopias se desarrolló en colaboración con el Dr. Diego Casas (Centro Veterinario de Mínima Invasión Canarias). Cada ovario se exteriorizó junto con el cuerno uterino correspondiente. Con ayuda de material laparoscópico, se acercaba el cuerno uterino a la pared, para posteriormente realizar una pequeña incisión (2-3 cm) a nivel de la pared abdominal. A través de cada incisión, se exteriorizaba el cuerno uterino lo suficiente para poder realizar el lavado de cada uno de ellos; más tarde, se procedió a realizar el contaje del número de cuerpos lúteos presentes en cada ovario. Para la extracción de embriones, se realizaba el mismo procedimiento que en la cirugía convencional, con ayuda de un catéter de Foley y la realización de un lavado intrauterino desde la base del cuerno hasta la unión útero-tubárica. Una vez realizado todo este procedimiento se retiraron los catéteres y se suturó, con un único punto, el defecto a nivel de la inserción del catéter de Foley. Esta operación se repitió en cada cuerno uterino. Finalmente, se volvió a introducir el útero y los ovarios, y se cerraron las pequeñas incisiones en la pared abdominal de forma convencional, con manejo y seguimiento hasta la completa recuperación de los animales. - Técnica no quirúrgica (Transcervical, T). Los animales fueron sedados ligeramente antes del procedimiento con el mismo protocolo de buprenorfina y midazolam. Para facilitar la apertura del cérvix, unas 12-18 horas antes del procedimiento, se administraba un análogo de prostaglandina (similar vía y dosis que la utilizada en el protocolo de sincronización). Las cabras fueron colocadas en estación, en un potro, inmovilizadas mediante sujeciones. El cérvix se visualizó usando un espéculo vaginal y una luz fría; si era necesario, utilizábamos un pequeño laparoscopio rígido para facilitar el procedimiento. Con un catéter rígido se avanzó a través de las criptas cervicales hasta llegar al cuerpo del útero. Para la extracción de embriones se utilizó un catéter Foley (Fr 10) fijándolo gracias al balón que se rellenó con suero fisiológico. Se introdujeron 100 ml del medio de lavado (Boviflush, 37ºC) repartidos en varios lavados que posteriormente se recogían en tubos Falcon (50 ml), para finalmente proceder a la búsqueda e identificación de embriones en el laboratorio. Al tratarse de una sedación ligera, una vez terminada la técnica y comprobado que los animales se recuperaban, eran devueltos a sus corrales correspondientes. ■ Parámetros evaluados Los parámetros que se valoraron en las tres técnicas utilizadas fueron el grado de dificultad de realización de las mismas, la duración de los procedimientos, el número de estructuras recogidas y la calidad embrionaria. Además, también se tuvo en consideración las complicaciones posteriores y/o cuidados que precisaba cada uno de ellos. Para la determinación de la calidad embrionaria, el medio de lavado se inspeccionaba inmediatamente bajo una lupa estereoscópica, manteniendo la temperatura. La búsqueda y valoración de las estructuras se realizaba en un plazo no superior a los 20 minutos post-recogida, para no afectar a la calidad de las estructuras obtenidas. ■ Análisis estadístico Los resultados se expresan como porcentajes. Los datos relativos al número y la calidad de los embriones recuperados se analizaron mediante la prueba de Chi-cuadrado. RESULTADOS El tiempo medio empleado en la realización de las técnicas quirúrgicas (CC, CL) fue muy similar, con un rango entre 1 y 1.5 horas por animal. En el procedimiento transcervical, la duración se incrementó hasta las 2 horas, con un rango entre 1,5 y 2,5 horas. La Tabla 1 muestra el número de estructuras y calidad embrionaria obtenida mediante cirugía convencional. El número medio de cuerpos lúteos se encontraba cercano a los 22, con un rango entre 18 y 26, mientras el número total de estructuras recogidas fue de 61, situándose la tasa de recuperación en un valor inferior al 50%. Respecto al tipo de estructuras obtenidas, en 4 de las 6 cabras se obtuvieron ovocitos, si bien en 3 de esas cabras se acompañaba de la recogida de embriones. El número medio de embriones obtenidos por cabra fue 5, con diferencias notables entre animales. La mayor parte de los embriones considerados transferibles se encontraban en la fase de mórula (21/30) y sólo un 30% (9/30) había alcanzado la fase de blastocisto. Las estructuras recogidas, así como su calidad, en la cirugía por laparoscopia, se encuentran reflejadas en la Tabla 2. De los 60 cuerpos lúteos, observados en total, se recogieron cerca de 50 estructuras llegando a un valor por encima del 80% en la tasa de recuperación. Una vez analizado el material obtenido, se determinó que más del 50% eran ovocitos, si bien el número medio de embriones transferibles por animal se situó por encima de 5. Por otro lado, se identificaron 18 blastocistos de los 21 embriones transferibles. Por último, la Tabla 3 muestra los datos correspondientes a la técnica transcervical. En esta técnica no fue posible hallar el valor de la tasa de recuperación debido a la no visualización de los cuerpos lúteos. Se recogieron un total de 17 estructuras (rango: 1-9) con una media superior a 3 por animal. El análisis de las estructuras recogidas determinó la presencia de un único ovocito y se identificaron 10 embriones transferibles de los 16 recogidos y el 100% de ellos se correspondían con blastocistos. DISCUSIÓN En este estudio preliminar, se ha valorado la eficacia de tres métodos diferentes para la obtención de embriones en cabras superovuladas, valorando tanto el número como la calidad de las estructuras obtenidas, así como las ventajas e inconvenientes de cada procedimiento. Si bien asumimos que el número de animales por procedimiento es relativamente bajo, los resultados sí son lo suficientemente orientativos. A este respecto, el número inicial de animales por grupo era de 7, pero 4 no respondieron al tratamiento superovulatorio (1 del grupo de CC, 2 del grupo CL y 1 cabra del grupo T) y en dos animales no fue posible realizar el lavado (1 del grupo T y 1 del grupo CL). La mayoría de los estudios utilizan la CC (Ağaoğlu et al., 2014; Karakas et al., 2014) y la técnica T (Barry et al., 1990;
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