nº 28 - pág 35 [tierras CAPRINO 2019 otro lado, ya que se trata de técnicas tanto quirúrgicas como no quirúrgicas, es imprescindible contar con un espacio y un equipamiento específico para cada procedimiento. La calidad de los embriones recuperados es uno de los factores determinantes para evaluar el éxito de los diferentes métodos de extracción. Para determinar la calidad de las estructuras extraídas se utilizan diferentes parámetros de clasificación, basados en la observación bajo un microscopio, que se basan principalmente en criterios morfológicos, como el grado de desarrollo y la calidad de los embriones (Máximo et al., 2012). Este estudio, realizado sobre cabras de la raza Majorera, pretendía determinar la eficacia de tres modelos de extracción sobre la tasa de recuperación embrionaria en base a la calidad de las estructuras obtenidas, las ventajas e inconvenientes que implica cada método, así como la posibilidad de repetir las intervenciones en los diferentes animales. MATERIALES Y MÉTODOS ■ Animales Se utilizaron 15 cabras de la raza Majorera (Capra hircus), provenientes de diversas granjas de la isla de Gran Canaria. Todos los animales presentaban un peso inicial de entre 35 y 50 kgs, con una media de 3-4 años de edad. Además, para el estudio se contó con un macho cabrío de 4 años. A su llegada, se valoró que los animales se encontraban en un estado sanitario correcto y durante el estudio se les realizaron controles sanitarios periódicos y los protocolos habituales de desparasitación y vacunación para la especie caprina. Las cabras fueron estabuladas en grupos, divididos en tres corrales abiertos, dotados con camas de paja, zonas de sol y zonas cubiertas. El macho se encontraba en un recinto adyacente con las mismas características que los descritos anteriormente. Todas las instalaciones pertenecen a la granja de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en el municipio de Arucas. Este proyecto fue aprobado por el Comité de Ética para Experimentación Animal (ULPGC). ■ Protocolo superovulación La sincronización de los ciclos estrales de las cabras donantes fue llevada a cabo por la inserción de una esponja intravaginal impregnada de un progestágeno (FGA 40 mg), durante 11 días, considerándose el día de la inserción como el día 0. El día 9 tras la colocación de las esponjas, comenzaba el tratamiento superovulatorio mediante la administración de 8 dosis decrecientes de una hormona folículo estimulante (FSH, 256 mg; Folltropin®, Vetoquinol) vía IM, que se aplicaba cada 12 horas, durante 4 días consecutivos. A su vez, el día 9 también se administró IM un análogo de prostaglandina (1-1.5 ml, Luprostiol, Prosolvin®, Virbac) junto a la primera dosis de la FSH. Coincidiendo con la última dosis de la misma, se aplicó GnRH (IM, 0.5-1 ml, Fertagyl®, MSD) para asegurar la ovulación. A las 24-36 horas tras la retirada de las esponjas, las cabras comenzaron a mostrar signos de celo y se llevó a cabo la monta natural, cada doce horas desde el inicio del celo y hasta el final del mismo. ■ Métodos de recogida Para confirmar si el animal presentaba una buena respuesta al tratamiento superovulatorio, 12 horas antes de cada procedimiento se extraía sangre a las cabras para determinar los niveles de progesterona, siendo valorados en un laboratorio de referencia (AnimalLab, Las Palmas). Una vez confirmado que los niveles eran óptimos (>20 ng/ml) se procedía a realizar los diferentes protocolos de recogida. La recogida de embriones se programaba a los 5-6 días tras la monta con el objetivo de recuperar los embriones en las etapas de desarrollo de mórulas a blastocistos expandidos. Los animales se mantuvieron en ayuno durante 24-36 horas antes de la recogida. - Cirugía convencional (CC). Previamente a la cirugía, recibieron un tratamiento preventivo con antibiótico amoxicilina (IM, 22 mg/kg) y antiinflamatorio con flunixino meglumina (IM, 50 mg/ml, Fluvex®, SP Veterinaria). Se desarrolló un protocolo de premedicación basado en la aplicación IM de buprenorfina (0,01 mg/Kg, Bupaq®, Richter Pharma) y midazolam (0,1 mg/kg, Midazolam®, B. Braun). Aproximadamente, unos 30 minutos tras la premedicación, se procedió a insertar una vía endovenosa (vena cefálica), aplicando fluidos de mantenimiento (Lactato-RingerVet®, B. Braun). La inducción anestésica se realizó administrando propofol (IV, 4 mg/Kg, Propovet®, Zoetis) y posteriormente anestesia inhalatoria, mediante sevofluorano (0-4%) y oxígeno. Las cirugías se realizaron en un quirófano perteneciente al Hospital Clínico Veterinario (ULPGC). Tras la limpieza y desinfección del área quirúrgica, se procedió al abordaje habitual, realizando una incisión de entre 6 y 9 centímetros, disecando tejido subcutáneo, hasta alcanzar la línea alba. Una vez expuesta la cavidad abdominal, se procedió a elevar 45º el tren inferior del animal (posición de Trendelenburg) para desplazar las vísceras y localizar los ovarios y los cuernos uterinos con mayor facilidad. Cada ovario se exteriorizó junto con el cuerno uterino correspondiente y se procedió a realizar el contaje del número de cuerpos lúteos. Para la extracción de embriones se utilizó un catéter de Foley (Fr 8-Fr 10) a nivel de la base del cuerno, aproximadamente a dos centímetros del septo, fijándolo gracias a un balón que se rellenó con suero fisiológico; por otro lado, se colocó un catéter (22G) en la segunda mitad del oviducto. A continuación, se realizó el lavado de esa sección del cuerpo uterino (Boviflush®, Minitube, 37ºC) haciendo un máximo de dos lavados de 15 ml cada uno. El medio se recogió en un tubo de Falcon (50 ml), para proceder posteriormente a la búsqueda e identificación de embriones en el laboratorio. Una vez realizado todo este procedimiento se retiraron los catéteres y se suturó con un único punto el defecto del Foley. Finalmente, se reintrodujeron el útero y los ovarios en su posición original y se cerró la pared abdominal, capa subcutánea y piel de forma convencional, realizando el seguimiento de los animales hasta su completa recuperación. - Cirugía por laparoscopia (CL). La premedicación e inducción anestésica fue similar al descrito para la cirugía convencional. Tras posicionar las cabras en decúbito supino, se insertó un trocar en la cavidad abdominal, unos 10 centímetros cranealmente a la ubre y 2-3 centímetros a la izquierda de la línea alba. Mediante este primer trocar, se generó un pneumoperitoneo rellenando la cavidad con CO2 (6-8 litros, presión máxima de 10 mm Hg) y, en este momento, se procedía a elevar 45º el tren inferior del animal, ✚
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