nº 28 - pág 15 [tierras CAPRINO 2019 Durante la duración del estudio, se pudo comprobar cómo se producía un incremento significativo de la producción de IFN-γ tras la estimulación de la sangre con PPD aviar al mes de producirse la vacunación en los grupos vacunados a los -30 dpi, mientras que fue más tardía (60 dpv) en el caso de los grupos vacunados a los 150 dpi. Este incremento fue mucho más prolongado en el caso de la vacunación a -30 dpi (6 mpv) que en el caso de la vacunación a los 150 dpi (3 mpv). Se observó un patrón similar en la PPD bovina, donde se vieron incrementos significativos similares a los observados en el caso de la PPD aviar, aunque siempre inferiores. La posible interferencia en el diagnóstico de la vacunación, no se observó al hacer la IDTB comparada, pero si con la IDTB simple, ya que un 58,3% de los cabritos vacunados fueron positivos. En ambos grupos vacunados, se detectaron niveles de anticuerpos significativamente más elevados, a los 60 dpv, que se mantuvieron durante 7 meses, en el caso del grupo VI y 3 meses en el grupo IV. Se pudo comprobar que la vacunación no evitó la infección por Map de los animales, ya que en todos los grupos se pudieron identificar lesiones, así como AND de esta micobacteria mediante PCR. Sin embargo, sí se pudo observar como la vacunación consiguió un efecto protector sobre los cabritos del grupo VI, ya que sólo mostraron lesiones restringidas al tejido linfoide (de tipo focal, subclínicas) y, mediante el recuento del número de granulomas, se demostró que iban disminuyendo con el tiempo, a diferencia del grupo NVI, donde su número se fue incrementado, así como la extensión de las lesiones a distintas áreas del intestino. Es de destacar que, a diferencia de los cabritos del grupo NVI, los granulomas del tejido linfoide mostraban un carácter regresivo, con un incremento en la cantidad de tejido conjuntivo. Sin embargo, no se pudo demostrar con claridad el posible efecto terapéutico de la vacunación, ya que se observó una gran variabilidad individual en las respuestas de los animales del grupo IV, que iban desde cabritos sin lesiones o lesiones focales de paratuberculosis, hasta un animal con una lesión difusa grave y gran cantidad de bacilos en el intestino, a pesar de mostrar una respuesta inmunitaria celular muy elevada, del que se consiguió aislar Map mediante cultivo. La existencia de este animal con lesiones graves, que no aparecieron en el grupo NVI, plantea la posibilidad de que la vacunación tras la infección pudiera exacerbar esta última en algunos animales. En cuanto a la respuesta inmunitaria local, la vacunación no indujo cambios en las poblaciones linfocitarias presentes en el tejido linfoide intestinal, nódulos linfáticos yeyunales o nódulo linfático pre-escapular. Sólo en esta última localización se detectaron niveles más elevados de IFN-γ tras la estimulación de los linfocitos extraídos del mismo con PPD aviar en animales vacunados, a los 360 dpv, que tampoco se encontraron en el resto de las localizaciones. NUEVOS REACTIVOS PARA EVITAR REACCIONES CRUZADAS EN LAS PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO DE TUBERCULOSIS A pesar de los muchos beneficios que tiene la vacunación frente a la paratuberculosis, ésta presenta un gran inconveniente que ha motivado su prohibición de uso en varios países ya que origina la aparición de reacciones cruzadas con las pruebas diagnósticas empleadas en las campañas de erradicación de la tuberculosis. Estas reacciones cruzadas se producen porque Map y los agentes etiológicos de la tuberculosis bovina o caprina pertenecen al mismo género, por lo que las bacterias comparten antígenos comunes presentes en los extractos proteicos purificados (PPDs) que se emplean en dichas campañas, que adolecen de falta de especificidad. En el estado español, la especie bovina está sujeta a un plan de erradicación la tuberculosis, donde se especifica que se deben realizar pruebas diagnósticas frente a esta enfermedad a todos los bovinos y a aquellos caprinos que compartan pastos con estos. Además, la Junta de Castilla y León ha desarrollado un plan propio de erradicación de la tuberculosis caprina, empleando los mismos procedimientos que en el caso de la especie bovina (Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, 2002). En esas campañas, se emplean como prueba principal de diagnóstico la IDTB simple, y de forma complementaria la prueba de liberación de la citoquina IFN-γ en algunas situaciones. En ambos casos se emplea la PPD bovina, derivada de ‘Mycobacterium bovis’ (‘M. bovis’) como antígeno que se inocula por vía intradérmica en el caso de la IDTB o se emplea en la estimulación de las células sanguíneas en la prueba de IFN-γ. Debido a esa similitud antigénica entre Map y ‘M. bovis’, aquellos animales infectados o vacunados frente a paratuberculosis, pueden ofrecer reacciones positivas inespecíficas cuando se realizan las pruebas referidas con PPD bovina. Este inconveniente se puede solventar en la mayor parte de los casos empleando la IDTB o la prueba de IFN-γ comparada, empleando tanto la PPD bovina como aviar, y comparando la reacción que se produce, que en el caso de los animales con tuberculosis será siempre superior en el caso de la ✚
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