nº 28 - pág 13 [tierras CAPRINO 2019 puesto de manifiesto que la respuesta inmunitaria que se desencadena en el animal infectado, tanto a nivel periférico como local, juega un papel clave en la aparición de unas u otras formas. El conocimiento de estos factores constituye una herramienta fundamental con la que poder avanzar en el conocimiento de su patogenia y poder diseñar estrategias adecuadas para el control de la paratuberculosis. En la actualidad, para el control de la paratuberculosis, la única medida que se ha demostrado útil en términos coste-beneficio es la vacunación, ya que consigue lograr una disminución relativamente rápida de la aparición de nuevos casos. También reduce la excreción de micobacterias al exterior y logra una disminución de las lesiones. Además, numerosos estudios han puesto de manifiesto que la vacunación tiene un efecto sobre la respuesta inmunitaria periférica, tanto celular como humoral que se ha considerado responsable de sus efectos beneficiosos, sin que se haya podido demostrar dicha asociación. De hecho, hay varios estudios que recogen la existencia de fallos vacunales en individuos con respuestas inmunitarias periféricas bien desarrolladas, e incluso evidencias en la propia paratuberculosis de que una respuesta celular periférica no tiene siempre ese carácter protector. Todo lo anteriormente expuesto indica que aún son muchos los efectos que la vacunación ejerce sobre los animales que no son bien conocidos. Además, la vacunación posee una serie de desventajas, como es el hecho de que produce reacciones cruzadas con las pruebas de diagnóstico empleadas en las campañas de erradicación de la tuberculosis, o que la protección no es completa, ya que, aunque reduce la aparición de casos clínicos y la excreción de Map, esto no se consigue en todos los casos. Por otra parte, además de un efecto protector, hay evidencias en estudios de campo que sugieren que la vacunación podría tener un efecto terapéutico, que hasta el momento no se ha logrado demostrar. Existen, por lo tanto, muchas incógnitas en cuáles son los efectos de la vacunación, y aspectos relacionados con ella, sobre la patogenia de la paratuberculosis y la respuesta inmunitaria de los animales. Su esclarecimiento es el objetivo general de los trabajos que hemos realizado y que se centran en tres estudios, que además se han diseñado para responder a varios objetivos de carácter más específico. ESTUDIOS EN CAMPO Dentro de aquellos factores que pueden jugar un papel en el éxito de la vacunación, la edad del animal en el momento de la inmunización y su estado de infección previo serían de los más importantes. Al tratarse de una enfermedad contagiosa, la opción más lógica sería vacunar antes de que se produzca el primer contacto con el agente causal, durante los primeros días de vida del animal. Sin embargo, hay estudios previos que señalan que, debido a que el sistema inmunitario no madura por completo hasta meses después del nacimiento, una vacunación demasiado temprana podría no ser completamente efectiva y sería más adecuado esperar a que el sistema inmunitario del hospedador haya terminado de desarrollarse. Además, otros estudios han demostrado que la vacunación en edades más avanzadas logra también un efecto beneficioso, tanto en animales de varios meses como en adultos. En muchos de estos últimos estudios, por otra parte, la vacunación se realizó sobre animales ya presumiblemente infectados, consiguiendo una reducción del número de bajas, lo que ha sugerido un posible efecto terapéutico de este procedimiento. El primer estudio que se presenta aquí tenía como objetivo evaluar el efecto de la vacunación en función de la edad de los animales sobre la respuesta inmunitaria y el control de la enfermedad, en una explotación comercial caprina con casos clínicos de paratuberculosis. Para ello, se planteó un estudio en un rebaño de cabras de raza Murciano-Ganadina, de producción lechera, donde se inmunizaron, con la vacuna inactivada Gudair®, cabras a tres edades diferentes: 39 cabras adultas (mayores de 1,5 años), dejándose 38 animales de la misma edad sin vacunar; 40 cabritas de 5 meses de edad, con otras 39 de edad similar como controles, y 19 animales de 1,5 meses y otras 15 sin vacunar. En todos los animales se tomaron muestras de sangre con periodicidad trimestral, hasta los 21 meses post-vacunación (mpv) para valorar, por un lado, la producción de la citoquina IFN-γ por parte de los linfocitos sanguíneos circulantes, mediante la técnica de ‘estimulación de la producción de IFN-γ’, en la cual se estimula sangre de los animales con los antígenos de micobacterias PPD aviar y bovina, y por otro los niveles de anticuerpos séricos empleando una técnica de Elisa indirecto. A los 6 y a los 18 mpv, se llevó a cabo la prueba de tuberculinización (IDTB) simple. También se controló el número de bajas que sucedieron en el rebaño, por cualquier razón, durante 21 meses, tanto en los grupos vacunados como no vacunados. Se observó un incremento significativo en la producción de IFN-γ en todos los grupos vacunados, cuando se estimularon las muestras de sangre con PPD aviar desde los 3 mpv hasta los 18 mpv y con PPD bovina, entre los 3 y 21 mpv, pero los valores alcanzados tras la estimulación con PPD aviar fueron siempre más elevados que con la PPD ✚
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