nº 28 - pág 10 tierras CAPRINO] 2019 caprino españolas? ¿Están incluidas de forma habitual en los programas sanitarios de las ADS? ¿Existe algún grupo que haya trabajado de forma más específica para reducir la presencia de fiebre Q en sus explotaciones? AL.- Las medidas de control se tienen mayoritariamente en cuenta en aquellas explotaciones donde se han declarado casos y comprenden, sobre todo, la vacunación de los animales. No suelen estar incluidas en los programas sanitarios de las ADS. Por último, desconocemos si existe algún grupo de trabajo que haya trabajado de forma más específica para reducir la presencia de fiebre Q en sus explotaciones. TI.- Teniendo en cuenta que la fiebre Q se engloba dentro de unas patologías abortivas, ¿cuál suele ser el porcentaje de abortos en el que los ganaderos comienzan a buscar la causa? ¿Es habitual el envío de muestras para realizar un diagnóstico laboratorial? ¿Qué tipo de muestras y cómo deben recogerse en la explotación? AL.- Depende del ganadero, pero la mayoría de los ganaderos se comienzan a preocupar cuando el porcentaje de abortos supera el 10% de los animales del lote. Es habitual y necesario el envío de muestras, porque si no hacemos un diagnóstico laboratorial, no podemos decir cuál es la causa de los abortos. Son necesarias una serología, frotis sanguíneo y PCR para confirmar un diagnóstico de cualquier enfermedad que provoque un aborto. El tipo de muestras que se envían son sueros sanguíneos, placentas y fetos. Hay que recogerlos con toda la asepsia posible, utilizando un mono desechable, guantes, calzas y mascarilla, ya que la principal fuente y vía de contagio son la placenta y restos vaginales y fetales, por vía aerógena. TI.- A nivel de explotación, ¿la fiebre Q tiene síntomas que permitan su diferenciación de otras patologías abortivas? AL.- No. La única diferenciación sólo puede hacerse por diagnóstico laboratorial. Los síntomas son muy parecidos entre varias enfermedades, pero sí podemos sospechar cuando tenemos abortos tempranos o ‘abortos en sangre’ al observar un hilo de sangre en la zona perianal, crías nacidas débiles que mueren a las pocas horas, aumento de la mortalidad en los recién nacidos porque la enfermedad ataca muy rápidamente a esta población… Pero como señalamos anteriormente, la única diferenciación se hace en laboratorio. TI.- Una vez realizado el diagnóstico, ¿qué medidas de manejo son efectivas para evitar la transmisión de la fiebre Q? ¿Qué controles deben realizarse en el caso de contactos con animales de otras explotaciones? ¿Y en la entrada de nuevos ejemplares a la granja? AL.- Como siempre, las medidas higiénico-sanitarias son importantísimas. Se debe hacer control de las parideras, destruyendo en la medida de lo posible todas las placentas que encontremos; control de estiércol, ya que las bacterias de ‘Coxiella’ tienen alta resistencia al medio ambiente; evitar el contacto con animales de otra explotación. En el caso de entrada de nuevos ejemplares en la granja, se debe realizar un chequeo serológico, estado de cuarentena y, si tenemos instaurado un plan vacunal, vacunarlos y revacunarlos. TI.- En el caso de los partos, que es el momento de mayor excreción de ‘Coxiella burnetii’ al ambiente, ¿qué precauciones deben tomarse? ¿Qué prácticas son recomendables para evitar la difusión de la enfermedad? AL.- Se debe realizar una destrucción de placentas y fetos de forma segura, evitar hacer partos en parques exteriores y se debe usar ropa y calzado exclusivo de la cuadra. También se debe evitar el acceso de visitas al interior de la cuadra. Hacer una gestión correcta del estiércol y la pasteurización de la leche si es utilizada para la cría de algunos animales. TI.- ¿Son efectivos los antibióticos en la lucha contra la enfermedad? ¿Disponen los veterinarios de un arsenal terapéutico suficiente para esta patología? AL.- Dependiendo de la fase en la que se encuentre la enfermedad en el animal, son más o menos efectivos. Al ser una bacteria intracelular, no disponemos de un arsenal terapéutico muy grande. Las oxitetraciclinas y la doxicilina son los más utilizados, pero tienen un efecto limitado para reducir la excreción de bacterias al medio. TI.- ¿Qué efecto tiene la vacunación en las explotaciones que ya están infectadas? ¿Y qué grado de prevención tiene en las ganaderías que no tienen presencia de la enfermedad? ¿Es la vacunación una herramienta indispensable en la lucha contra la fiebre Q? AL.- La vacunación tiene un efecto muy positivo. Funciona muy bien, hasta el punto de que al año siguiente se reduce la casuística de abortos en 92%, según estudios experimentales. No es así en el 100% de las explotaciones, pero sí en la mayoría. También reduce eficazmente la carga bacteriana. El grado de prevención es muy alto, y más hoy con los tiempos que corren con respecto al uso de antibióticos. Tenemos a nuestra disposición una buena herramienta para controlar los brotes de la enfermedad en nuestras explotaciones. La vacunación se considera la única estrategia de prevención y control para los brotes de fiebre Q en las explotaciones de caprino lechero, independientemente del manejo. TI.- ¿Qué grado de inmunidad confiere la vacunación a grupos como las cabras jóvenes o las preñadas? ¿Es efectiva también en estos grupos de animales? AL.- Dependiendo de la edad en la que vacunemos a los animales, nos genera mayor o menor inmunidad. En los animales jóvenes, la edad de vacunación que nos recomienda el fabricante es entre 3 y 6 meses, ya que es la edad en la que estos animales han estado aislados y más protegidos del contacto con los adultos, por lo que hay menor riesgo de infestación. Respecto a los animales preñados, depende de la fase de preñez en la que se encuentren, pero se recomienda vacunar en sábana para bajar la carga de excreción de la granja. ✔
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