CK27 - Tierras Caprino

nº 27 - pág 60 tierras CAPRINO] 2019 opinión al respecto. La extensividad no implica mayor bienestar animal. La sanidad, la higiene, la disponibilidad de agua en cantidad y calidad, unas buenas instalaciones que resguarden del frío, la lluvia, el viento y el sol, un adecuado equilibrio alimenticio y unas buenas prácticas de manejo e higiénico-sanitarias, sí lo garantizan. TI.- Desde un punto de vista sanitario, ¿es razonable pensar que una granja de estabulación permanente tiene más facilidades para organizar un plan sanitario y asegurar unos niveles suficientes de bioseguridad? ¿Se ofrece desde las granjas de estabulación permanente una mayor seguridad sobre la leche y la carne que se producen? J.F.- Los datos indican que las primeras granjas en alcanzar el mayor estatus sanitario en nuestro país son granjas pertenecientes a los núcleos selectivos de las asociaciones de criadores de razas Autóctonas en sistemas de estabulación, y mayoritariamente de Raza Murciano-Granadina. Este hecho, en mi opinión, no ha partido del sistema de producción, que es cierto que ayuda para el control de las enfermedades, sino de la profesionalidad y la formación de ganaderos que junto a los técnicos de las asociaciones han creído que era imprescindible para la rentabilidad, competitividad y continuidad de las mismas. Todo ello se ha traducido en un incremento en la producción de leche, en la longevidad de los animales, en su bienestar y por tanto en la rentabilidad de las granjas, unido a la venta de animales para vida con garantías genéticas y sanitarias. En los últimos años, las administraciones han puesto en marcha diferentes programas sanitarios frente a tuberculosis, agalaxia contagiosa y CAEV que están permitiendo la incorporación de un mayor número de ganaderos y la concienciación de abordar un ‘Plan Sanitario Integral’ para nuestras granjas. TI.- ¿Son más dinámicos los ganaderos de estabulación permanente a la hora de conocer y aplicar las nuevas tecnologías como herramientas para la gestión de los rebaños? ¿Cuáles son las herramientas que más se aplican? ¿Y cuáles son las que resultarían de más interés para la toma de decisiones y para mejorar la rentabilidad en una granja de caprino lechero? J.F.- En la realidad de Caprigran, que en su mayoría son ganaderos de estabulación permanente, son ganaderos muy profesionales, dinámicos e inquietos por gestionar adecuadamente todos los aspectos que rodean a sus granjas. Este hecho junto con la visión de su anterior gerente, Javier Pleguezuelos -hoy gerente de la cooperativa Los Filabres-, y un equipo técnico de primer nivel han hecho que prácticamente el 100% de nuestros socios estén trabajando hoy en sus granjas con una PDA y la app Eskardillo. Este sistema les permite recoger todos los datos necesarios para una adecuada gestión de sus granjas: altas, bajas, cubriciones, diagnósticos de gestación, partos, control lechero, calificación morfológica lineal, inventarios, etc. y una vez procesados en el software de la asociación se les facilite la información necesaria para tomar las decisiones oportunas. Actualmente, dentro de Cabrandalucía como federación que aglutina a cuatro razas caprinas de leche (Florida, Malagueña, Murciano-Granadina y Payoya) y dos razas cárnicas (Blanca Andaluza y Negra Serrana), estamos abordando junto a la Universidad de Sevilla y Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía el proyecto Amaltea - Gestión Caprina Sostenible (Ayudas de Grupo Operativo de la Junta de Andalucía), consistente en incorporar a nuestro programa informático de gestión el análisis técnico-económico y medioambiental desarrollado por el Departamento de Producción Animal, encabezado por Yolanda Mena y Juan Manuel Mancilla. TI.- Un aspecto que se plantea cada día con mayor frecuencia a la hora de gestionar una explotación de caprino, sobre todo en las de carácter más intensivo, es la dificultad de poder contar con la mano de obra necesaria, tanto en número como en cualificación. ¿Tienen realmente los responsables de explotaciones tantas dificultades para encontrar mano de obra cualificada en el medio rural? ¿Qué actuaciones deberían ponerse en marcha para encontrar una solución a este problema? ¿La tecnificación de la granja alivia en alguna medida esas necesidades? J.F.- El problema de la mano de obra es real, independientemente del sistema de producción, si bien es verdad que las granjas de estabulación permanente con un tamaño medio de unas 550 cabras requieren necesariamente de mano de obra contratada. La Escuela de Pastores dirigida por Francisco de Asís, del Ifapa de Camino de Purchil en Granada, hace una labor encomiable por la formación en la ganadería caprina y ovina, pastoral y estabulada, pero hacen falta muchas más iniciativas como ésta y formación profesional al respecto. A este problema de la formación también se le añade la poca visibilidad de nuestro sector, lo poco atractivo de la labor a realizar, la falta de educación en ocasiones por realizar todo tipo de trabajo como alternativa al paro. Para ello considero necesario que las ganaderías cuenten con las instalaciones y los medios necesarios para llevar a cabo esta labor de una manera más llevadera y soportable, porque de otra manera no habrá mucha gente a soportar pésimas condiciones para poder ganar un sustento ni siquiera el propietario. Por ello, el uso de nuevas tecnologías para la gestión de las granjas, unido a la mejora de instalaciones para el manejo de los Modelos de Producción

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