nº 27 - pág 47 [tierras CAPRINO 2019 pués de dos años de seguimiento, se observa que ya no aparecen casos clínicos de paratuberculosis en los vacunados, aunque algunos muestran granulomas focales, de pequeño tamaño. Estos resultados sugieren que incluso una vez instaurada la infección, la vacunación sería capaz de frenar su evolución hacia formas graves, es decir, tendría un efecto terapéutico. Por otra parte, en el estudio anteriormente referido en la explotación de Valladolid, se buscaron también las diferencias de eficacia según la edad de vacunación. Los resultados mostraron que la respuesta inmunitaria es más intensa y duradera en los cabritos vacunados a los 5 meses, frente a los que lo fueron al mes y medio o a la edad adulta, lo que sugiere que sería la edad más adecuada de vacunación. En conclusión, la pauta que se recomienda para vacunar es hacerlo en la reposición (5-6 meses), ya que la respuesta inmunitaria es más elevada, posiblemente debido a que el sistema inmunitario de los animales está desarrollado y, desde el punto de vista del manejo, los animales ya están seleccionados para quedarse en la explotación. También cabe la posibilidad de vacunar a todos animales en casos graves de paratuberculosis o una opción intermedia, que sería vacunar toda la reposición y los adultos jóvenes, que son los que tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad clínica. INTERFERENCIA DE LA VACUNACIÓN CON EL DIAGNÓSTICO DE TUBERCULOSIS La vacunación tiene efectos adversos como la formación de nódulos en el punto de inyección o el hecho de que ya no se pueden utilizar pruebas de diagnóstico inmunológico en animales vacunados puesto que no permiten diferenciar entre los vacunados o los infectados. Sin embargo, el gran inconveniente que tiene la vacunación contra paratuberculosis, y que ha motivado su prohibición en la especie bovina, es la interferencia con las pruebas de diagnóstico (de tipo inmunológico) que se emplean en las campañas de erradicación de la tuberculosis. Esto se debe a que las bacterias causantes de las dos enfermedades son del mismo género (Mycobacterium) y comparten antígenos. Para solucionar esta interferencia, se emplea la prueba de intradermotuberculinización (IDT) comparada, empleando como antígenos PPD (o tuberculina) bovina (para el diagnóstico de tuberculosis) y aviar (de paratuberculosis). De hecho, en la infección experimental realizada por nuestro grupo anteriormente referida, la respuesta de los animales vacunados contra paratuberculosis es mucho mayor en todos los casos frente a la tuberculina aviar que a la tuberculina bovina, algo que también se ha comprobado en otros estudios. En el estudio de campo también ya mencionado, en las dos tuberculinizaciones que se hicieron a los 6 meses y a los 18 meses, no hubo animales positivos. Cuando se empleó la prueba de interferón-gamma se observó que hubo animales que reaccionaron, pero siempre con valores más bajos al usar PPD bovina que con la aviar. La conclusión es que la prueba de IDT comparada es útil para discriminar entre los animales vacunados frente a paratuberculosis y que no interfieran en el diagnóstico de la tuberculosis. De hecho, en la comunidad autónoma de Castilla y León, cuando se comenzó con el programa de erradicación de tuberculosis caprina en el año 2002, se empleó ya esta prueba de forma oficial. Con ello, se consiguió una reducción de la prevalencia desde valores mayores del 10-15 % de los rebaños hasta cifras ligeramente superiores al 1 % ya en 2012, que se mantuvieron estables, sin que se consiguiera disminuirlas en los años siguientes siguiendo con el uso de la IDT comparada. Por ello, y ante las evidencias de que esta prueba de IDT comparada es menos sensible en el diagnóstico de la tuberculosis que la simple, es decir, que aunque discrimina las cabras vacunadas, deja animales con tuberculosis como negativos, las autoridades sanitarias de Castilla y León decidieron emplear a partir de 2016 únicamente la prueba de IDT simple, usando la PPD bovina, para ver si así se consigue mejorar la eficacia de la campaña al conseguir aumentar el diagnóstico de rebaños positivos a tuberculosis. Para comprobar la posible interferencia de la vacunación contra paratuberculosis una vez que las campañas se basan en el empleo de la IDT simple, la Junta de Castilla y León encargó a la Universidad de León la realización de un estudio, basado en el análisis del estado de vacunación y la presencia de paratuberculosis en todos los animales sacrificados por ser positivos en las pruebas de la campaña frente a tuberculosis. Para conocer el estado de vacunación, se realizó una encuesta a los ganaderos donde se recogió tanto qué animales estaban vacunados como el tiempo que había transcurrido desde la vacunación de paratuberculosis hasta que se realizó la campaña. La presencia de paratuberculosis se valoró mediante el estudio microscópico de una muestra de intestino (válvula ileocecal) y nódulo linfático (Ver Tabla 1). Los resultados preliminares de este estudio muestran que, del total de 1.936 explotaciones de caprino que había en la comunidad de Castilla y León, 191 (9,9%) estaban vacunadas. De ellas, 39 (2%) fueron positivas a la técnica de Foto 6. Lesiones de tuberculosis. Novedades en Paratuberculosis ✚
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx