CK27 - Tierras Caprino

nº 27 - pág 45 [tierras CAPRINO 2019 dad subclínica, mientras que un porcentaje pequeño de animales manifiestan finalmente la clínica de la enfermedad que no aparece antes del año y medio o dos años después de la infección. La infección suele comenzar en el tejido linfoide intestinal, donde aparecen los “granulomas”, que es la lesión característica de esta enfermedad. Son grupos de macrófagos cuya misión es contener a Map y que no se extienda la infección. Esos granulomas pueden permanecer silentes durante toda la vida del animal, sin alterar notablemente la estructura de la pared intestinal. Estos animales o no excretan Map por las heces, o la excreción es muy baja. En los casos clínicos, los granulomas se extienden por todo el intestino y causan ya enteritis graves que causan mala absorción, asociadas a eliminación de la bacteria en gran cantidad. Estas formas están estrechamente relacionadas con la respuesta inmunológica. En las fases iniciales, la respuesta es básicamente de tipo celular y, conforme va avanzando hacia las formas clínicas graves, normalmente la respuesta celular decae y se comienzan a producir anticuerpos. ■ Diagnóstico Los métodos de diagnóstico de la paratuberculosis son los siguientes: - Clínico-epidemiológico. Se detecta en el rebaño la presencia de animales con pérdidas de condición corporal y adelgazamiento progresivo. Suele tratarse de un goteo de casos a lo largo del año, lo que hace complicado su diagnóstico, aunque se concentran en determinadas épocas como después del parto, épocas de peor alimentación, situaciones de estrés… En ocasiones, puede acompañarse de diarreas crónicas intermitentes, aunque no son cuadros agudos. En el caso de la paratuberculosis subclínica, se estima que por cada animal con síntomas puede haber hasta 25 animales infectados subclínicamente. En este caso, el síntoma más evidente es la pérdida de producción de leche, además de descensos en la longevidad y la fertilidad, con algunos cuadros de mamitis. La eficacia de este diagnóstico es muy limitada, porque sólo detecta a un pequeño número de animales afectados. - Anatomopatológico. Las lesiones macroscópicas sólo se observan en animales con paratuberculosis avanzada. Lo más característico es el intestino engrosado, especialmente en el tramo final del intestino delgado (yeyuno e íleon), y la dilatación de los vasos linfáticos de la serosa. Los nódulos linfáticos mesentéricos están aumentados de tamaño, y en cabras pueden aparecer zonas calcificadas. Con una correcta toma de muestras (incluyendo válvula ileocal que tiene tejido linfoide en animales adultos), el análisis histopatológico sí permite identificar animales subclínicos y clínicos. - Etiológico. Se puede hacer aislamiento mediante cultivo, pero lo más recomendado es la PCR. Hay técnicas comerciales con buena sensibilidad permiten identificar la mayor parte de animales excretores. - Pruebas de inmunidad. Son las técnicas que más se emplean. Existen procedimientos para detectar la respuesta inmunitaria celular, como la intradermorreacción o la de gamma-interferón, que son eficaces para detectar sobre todo animales en fases tempranas de la infección, muchos de los cuales posiblemente nunca desarrollen la enfermedad clínica. Por otro lado, las pruebas serológicas, como el ELISA, detectan mayoritariamente animales en las fases avanzadas de la enfermedad, y existe relación directa entre la carga bacteriana, es decir, la eliminación fecal de Map, y la positividad a ELISA. Se pueden usar tanto en leche como en suero. VACUNACIÓN Aunque en ganado vacuno se han ensayado estrategias de control basadas en la identificación y eliminación de animales excretores (que han supuesto un gran coste económico y efectividad limitada), el único procedimiento que se ha demostrado exitoso para el control de la paratuberculosis es la vacunación. Se aplica por primera vez en los años 20 del siglo pasado Foto 2. Cabra con paratuberculosis. Foto 3. Cabra con tuberculosis. Novedades en Paratuberculosis ✚

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