CK27 - Tierras Caprino

nº 27 - pág 38 tierras CAPRINO] 2019 en las chivas son los que tienen mayor número de parideras, ya que cuando la chiva alcanza el peso óptimo siempre hay cerca una cubrición ya planificada. Y si en esa no queda preñada, la próxima cubrición no se demora mucho en el tiempo. Además, suele coincidir con ganaderos que llevan esas repeticiones anotadas y pueden tomar alguna medida de sincronización de celo o, en último caso, hacer un desecho antes de que el animal se haga demasiado viejo para un primer parto”. En ese sentido, desde esta asociación destacan el uso creciente de la sincronización del celo en cabritas en el anestro, pero descartan la inseminación artificial en hembras de primera cubrición: “Cada vez son más los ganaderos que sincronizan el celo de las chivas en primavera, que es la época de mayor dificultad por el anestro estacional”. Pero en chivas –añaden- “nunca hacemos inseminación artificial, ya que son más los inconvenientes que las ventajas. La inseminación en cabras no es una herramienta reproductiva, es una herramienta genética”. Desde Acrimur también se cree que el número de parideras del rebaño es fundamental a este respecto: La estrategia principal que se puede seguir es el número de parideras, ya que ganaderías con más de cuatro parideras al año pueden flexibilizar mejor la planificación de las cubriciones. En el caso de Acriflor son aún más precisos, y señalan que más que de una buena planificación reproductiva, que por supuesto es necesaria, se trata de hacer una buena planificación de la cría y la recría, para garantizar un ritmo de crecimiento alto de las cabritas en los primeros 10 meses de vida, que asegure que el momento de la cubrición y de su entrada en producción se alcance lo antes posible. “Y esto depende básicamente del ritmo de crecimiento del animal, es decir de su ganancia media diaria, que estará a su vez determinada por la sanidad, la alimentación y el manejo”. En cuanto a la planificación de parideras, consideran desde la raza Florida que hay que realizarla teniendo en cuenta ese momento óptimo de la cubrición, realizando lotes para cubrir la recría distintos a los de las cabras. También creen que es importante el uso de técnicas de reproducción, especialmente para las cubriciones a realizar en periodos de días largos, como son el efecto macho y la aplicación de tratamientos hormonales como melatonina y progestágenos. Y coinciden con los técnicos de Caprigran en que la inseminación artificial no es recomendable para este primer parto: “Es una técnica que nuestros ganaderos no suelen aplicar en las cubriciones de las cabritas, y pensamos que con fundamento”. Desde Cabrama señalan también que la planificación reproductiva es el aspecto sobre el que deben girar las estrategias para conseguir reducir la edad al primer parto: “Los ganaderos que obtienen mejores resultados en la edad al primer parto son los que suelen tener varias parideras al año, para poder cubrir a los animales lo antes posible. Además, habitualmente utilizan métodos de sincronización de celo”, destacan. El objetivo es intentar asegurar el mayor porcentaje de fertilidad posible en cualquier época del año. Manuel Romero, de Uniproca, también coincide en la conveniencia de hacer gestión reproductiva si se quiere ajustar adecuadamente esa edad al primer parto: “En nuestro caso, los ganaderos que cubren a edades más tempranas o bien usan implantes de melatonina, si es época desfavorable, o lo hacen de forma natural, aunque suelen usar los machos más jóvenes, por la influencia del tamaño y peso vivo de estos durante la cubrición”. Entre los ganaderos consultados, Diana García Méndez asegura que en su granja aplican un sistema de cuatro parideras y se utilizan técnicas para facilitar el celo en épocas desfavorables: “Realizamos ecografías y, si queda algún animal vacío, pasa a cubrirse de nuevo inmediatamente. En época de anestro utilizamos hormonas y se utiliza la técnica de que las cabras estén todo el día con los machos, salvo dos o tres horas”, explica. Por su parte, desde la explotación Kpra aseguran que ellos ponen especial énfasis en la alimentación y la sanidad para conseguir el correcto desarrollo de las cabritas, según explica Francisco Moya: “Nuestra estrategia está basada fundamentalmente en alimentación y sanidad. Alimentamos a libre disposición hasta los 6 o 7 meses de vida y, a partir de aquí, de forma racionada para evitar el engrasamiento, con aproximadamente 100 gramos de concentrado por cada mes de vida que tenga la chiva. Y por otro lado, nos esmeramos en la aplicación del programa vacunal y de desparasitación”. Por último, Moya insiste en la importancia de las instalaciones: “Es fundamental que crezcan en un espacio de gran ventilación y con posibilidad de hacer ejercicio”. También el control de la reproducción y la alimentación correcta de la reposición son las herramientas claves para controlar la edad al primer parto en la explotación de Javier Rodríguez: “En el momento en que la ecografía da negativo, se debe tener un sistema ágil para volver a cubrir rápidamente. También hay que cuidar mucho la alimentación para que los animales lleguen de una forma óptima a la cubrición. Nuestra estrategia consiste en aportarles mucho concentrado para que se desarrollen lo más rápido posible y tengan la posibilidad cuanto antes de entrar en cubrición”. El primer parto es clave ✔

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