CK27 - Tierras Caprino

nº 27 - pág 22 tierras CAPRINO] 2019 mantenimiento de un ‘rebaño cerrado’. Esto significa que no se puede comprar animales, compartir animales, instalaciones ni equipos con otros ganaderos, llevar a los animales a concursos, ferias o mercados, ni sacar a los animales a pastos comunales. En cambio, se debe albergar una sola especie animal de producción en la explotación y tener un vallado perimetral que impida el contacto de los animales a ambos lados. Sin embargo, en ocasiones puede ser necesario incorporar nuevos animales al rebaño, pero entonces se deben tomar medidas para minimizar los riesgos. Estas incluyen aumentar la tasa de reposición propia, comprar animales de granjas con estado sanitario conocido y libres de las enfermedades, evitar comprar animales de mercados de ganado y mediante intermediarios, realizar pruebas diagnósticas a los animales antes de entrar en la explotación, comprar animales que no hayan criado y no gestantes, además de minimizar el número de animales comprados, de rebaños de origen y la frecuencia de las adquisiciones. Un aspecto crítico y que a menudo no se tiene en cuenta, es realizar cuarentenas de al menos 3-4 semanas en una zona de la granja que evite el contacto con los animales de la explotación y la contaminación cruzada a través de los residuos animales. Para ello, serían necesarias instalaciones diferentes y apartadas para alojar a estos animales, además de disponer de equipos, ropa y botas de uso único en ellas y que los animales en cuarentena sean atendidos por el personal de la granja después de haber atendido al resto de animales de la explotación. Se puede aprovechar este periodo para realizar pruebas diagnósticas y aplicar tratamientos profilácticos, como vacunaciones y desparasitaciones, además de observar clínicamente a los animales. Se recomienda utilizar un sistema ‘todo dentro/ todo fuera’ en la cuarentena. Destacar que se debe evitar usar como zonas de cuarentena la sala de partos y el lazareto/ enfermería. Por otra parte, deben tenerse registros de los animales que entran y salen de la explotación y de los movimientos de los animales dentro de la explotación. Dentro de la explotación es importante separar a los animales según su fase productiva y su edad y atender primero a los animales jóvenes, seguido de los adultos y por último a los animales enfermos y los que estén en cuarentena. En el caso de llevar animales a ferias, mercados o concursos o sacar algunos animales a pastoreo en pastos comunales y reintroducirlos de nuevo en el rebaño habrá que aplicar medidas, ya que estas actividades representan un riesgo real de entrada de enfermedades. Sería conveniente minimizar estas actividades de riesgo, dejar a estos animales en cuarentena y realizar pruebas diagnósticas. TI.- En sistemas de explotación como los del caprino, donde una parte de la vida del rebaño se desarrolla en muchas ocasiones fuera de las instalaciones de la granja, con la práctica del pastoreo, existe la sensación de que la bioseguridad es solo una cuestión de las granjas intensivas, donde los animales viven en un recinto controlable. ¿Es posible la bioseguridad en las granjas de tipo extensivo? ¿Las nuevas tecnologías ayudan a ejecutar estas tareas? I.F. y L.M.O.M.- Sí es posible, puesto que pueden identificarse los riesgos sanitarios asociados al pastoreo. El riesgo sanitario más importante es aquel relacionado con la utilización de pastos comunales que permiten el contacto del ganado con otros rebaños de estado sanitario desconocido y fauna silvestre, así como con las parasitosis asociadas al pastoreo. No debe olvidarse que la fauna silvestre es un importante reservorio de agentes infecciosos, como aquellos causantes de la lengua azul, tuberculosis y la toxoplasmosis. La utilización de cámaras o el uso de drones pueden ser una herramienta muy útil en el control del ganado en extensivo. TI.- En este sentido, ¿cuáles son las prioridades en medidas de bioseguridad que deben aplicar los ganaderos en extensivo? ¿Qué aspectos son los que deben cuidarse especialmente? I.F. y L.M.O.M.- Si los animales pastorean, lo ideal sería que no lo hicieran en pastos comunales y disponer de un vallado que impida el contacto físico con animales externos de la explotación, aunque somos conscientes que esto es difícil en el caso de los pequeños rumiantes que aprovechan rastrojos y monte bajo. En relación a los agentes patógenos, el ganadero debe establecer junto con el veterinario responsable de la explotación planes de vacunación y desparasitación, garantizando además una buena gestión de las vacunas y antiparasitarios. Para ello es imprescindible conocer el estado sanitario del rebaño. Es recomendable realizar controles periódicos de parásitos para determinar si es necesario aplicar El Reto de la Bioseguridad

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