nº 26 - pág 71 [tierras CAPRINO 2019 X Foro Nacional del Caprino carbono. Sin embargo, es difícil encontrar estimaciones de la HC que contemplen el secuestro de carbono, dada la dificultad de su medida. En las explotaciones ganaderas extensivas o semiextensivas es un aspecto importante a considerar y absolutamente necesario de incluir en el cálculo de la HC. Además, el secuestro de carbono se puede maximizar utilizando adecuadas prácticas de manejo durante el pastoreo del ganado, por ejemplo, mediante pastoreo rotativo (sistemas multi-paddock) o con una intensidad de pastoreo adecuada de acuerdo con las características del ecosistema pastado (tipo de suelo, precipitación, tipo de vegetación, etc). UN CASO DE ESTUDIO: LA EMISIÓN DE GASES DE EFECTO INVERNADERO POR LA GANADERÍA CAPRINA PASTORAL EN ANDALUCÍA ■ Breve reseña metodológica Una parte importante de la literatura científica sobre la emisión de GEIs en rumiantes está referida al ovino y vacuno, existiendo pocos trabajos específicos sobre la ganadería caprina y, en particular, sobre el caprino lechero en pastoreo. Además, la relación entre esta ganadería y los ecosistemas que pasta está poco documentada y, por lo general, suele ser difícil de obtener información válida. Recientemente, investigadores de la Universidad de Sevilla llevaron a cabo un estudio con explotaciones caprinas de raza Payoya, localizadas en el Parque Natural Sierra de Grazalema (Gutiérrez-Peña et al., 2019). En los espacios protegidos de Andalucía la ganadería caprina de orientación lechera es una de las pocas actividades productivas posibles, contribuyendo, no solo a fijar población rural, sino también a la gestión y conservación de los ecosistemas en los que se localiza, caracterizados por la coexistencia de un mosaico de dehesas, en cuyo estrato arbóreo predominan especies del género Quercus (Quercus illex, Q. suber y Q. Faginea). El sotobosque suele estar compuesto principalmente por vegetación de matorral y estrato herbáceo. En colaboración con diferentes asociaciones de la zona se seleccionaron 16 granjas representativas de los sistemas de pastoreo caprino. Estas fueron monitorizadas mensualmente, recogiéndose información sobre su manejo. La alimentación del rebaño se basa en el pastoreo de pastos naturales, tanto leñosos como herbáceos, aunque las cabras reciben un alimento suplementario de concentrados en pesebre, sobre todo durante el periodo de ordeño. Éstas paren una vez al año, concentrándose los partos entre noviembre y febrero, de modo que el período medio de ordeño es de entre seis y ocho meses. La lactancia de los cabritos es natural. De acuerdo con los trabajos previos realizados por el equipo de investigación (Mena et al. 2017) estas granjas fueron clasificadas en 3 grupos: G1: granjas de baja productividad y baja dependencia de insumos externos para la alimentación de los animales; G2: granjas con una productividad media-alta y gran dependencia de insumos externos y G3: granjas con productividad medio-alta y dependencia media de insumos externos. Las características de los distintos grupos se muestran en la Tabla 1. Para el cálculo de las emisiones de GEIs se delimitó el alcance del estudio ‘desde la cuna hasta la tumba’ y se tuvieron en cuenta todas emisiones que se producen a nivel de la granja: emisiones del ganado, emisiones de los suelos gestionados, etc. Además, se tuvieron en cuenta las emisiones de la fabricación y transporte de cada uno de los inputs que entran en el sistema (fertilizantes, piensos, etc.). Para estimar el carbono secuestrado por el suelo y la vegetación, se utilizó la metodología de Petersen et al. (2013). En cuanto a la unidad funcional, debido a que no hay una referencia específica para la leche de cabra, se utilizó la estandarización aplicada a la leche de vaca (Robertson et al. 2015). Por último, dado que en este tipo de sistemas ganaderos hay, al menos, dos productos: la leche y la carne, no podíamos imputar todos los GEIs sólo a la leche, por lo que se utilizó como principio de asignación el económico, teniendo en cuenta el precio de venta del litro de leche y del cabrito. Finalmente, la huella de carbono, expresada en kilogramos de dióxido de carbono equivalente (kg CO2eq) por kg de leche corregida en grasa y proteína, fue calculada según la norma vigente PAS 2050 y las directrices establecidas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) para cada una de las explotaciones de estudio. ■ Principales resultados obtenidos En la Tabla 2 y la Figura 2 se recogen los resultados relativos a las emisiones de GEI, el carbono secuestrado y la Huella de Carbono, para cada uno de los tres modelos productivos. Los resultados pusieron de manifiesto que las emisiones totales por kg CO2eq por kg de leche corregida fueron significativamente más altas en las granjas más extensificadas y menos productivas (G1) que en las otras granjas (G2 y G3), no encontrándose diferencias significativas entre estas dos últimas. Como era de esperar, la principal fuente de emisiones de la ganadería fue el metano debido a la fermentación entérica. ✚
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