/ GMV EMPRESA DESTACADA Imaginemos por un momento que estamos en una función de ballet contemplando un Pas de deux. Los bailarines, con cada movimiento, parecen hablar un lenguaje que va más allá de las palabras, transmitiendo emociones como el amor, la alegría y la tristeza de forma que las palabras no son capaces de hacerlo. Ahora, pensemos en un hospital, donde una máquina de resonancia magnética revela lo que sucede dentro del cuerpo humano, ofreciendo pistas vitales sobre la salud de una persona. Aunque a simple vista la danza y la medicina parecen mundos separados, ambos comparten algo en común: la imagen como medio de comunicación y exploración, y ahora, también como espacio de innovación gracias a la Inteligencia Artificial (IA). En el presente artículo, en lugar de detallar las capacidades de nuestra compañía o hablar de nuestros proyectos en inteligencia artificial que se recogen en www.gmv.com, queremos reflexionar sobre cómo esta tecnología está impactando dos áreas tan aparentemente dispares como la medicina y la danza. La IA no solo está transformando la forma en que entendemos y utilizamos las imágenes, sino que también está abriendo nuevas posibilidades en cada uno de estos campos. En el ámbito clínico, entre otras cosas, la IA está facilitando que personas sin especialización puedan obtener imágenes con calidad diagnóstica, algo que antes estaba reservado solo para expertos. Y en el mundo de la danza, la IA se está utilizando para identificar tendencias en movimientos, generar secuencias de baile y hasta para analizar patrones que podrían ayudar a prevenir lesiones, por ejemplo. Aun así, la inteligencia artificial, por impresionante que pueda parecer, no es el bálsamo de Fierabrás, esa cura milagrosa que todo lo soluciona. Al igual que un título de conservatorio no garantiza que un bailarín sea capaz de conmover a su audiencia, la IA tampoco puede enseñarnos habilidades humanas como la empatía o la capacidad de reacción ante lo inesperado. Pensemos en un cirujano que, ante la rotura inesperada de una arteria durante una operación, debe tomar decisiones rápidas y precisas, o en un médico que ofrece cuidados paliativos con una ternura que ninguna máquina puede replicar. De la misma manera, no existe una IA capaz de crear un programa de danza con la sensibilidad y el talento con que lo hizo Joaquín de Luz en su despedida este verano Maole Cerezo Ceballos, Marketing y Comunicación en GMV como director de nuestra Compañía Nacional de Danza, un evento donde las piezas de Tchaikovski, Balanchine, y creaciones contemporáneas interpretadas con maestría, no solo destacaron por su técnica, sino por la profunda sensibilidad que transmitieron. Concluimos que, si bien la inteligencia artificial está ampliando nuestras capacidades en medicina y danza, hay aspectos fundamentales de la experiencia humana que siguen siendo insustituibles. La tecnología puede ser una herramienta poderosa, pero la sensibilidad, la empatía y la capacidad de improvisar siguen siendo del dominio exclusivo de los seres humanos.n EMOCIÓN, INTUICIÓN, PERICIA, EMPATÍA, CONCIENCIA …. ¿TIENE LA IA INTELIGENCIA EMOCIONAL? Imagen generada por IA. 36
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx