ComunicacionesHoy_CH209

CONECTIVIDAD 56 La tecnología evoluciona y los procesos de obsolescencia son naturales cuando surgen nuevos avances que permiten hacer las cosas mejor y de forma más eficiente. En este artículo trataremos de responder a las principales preguntas en torno a este escenario, y arrojar luz sobre el cuándo, el porqué, el dónde o el cómo de este proceso que, aunque sea necesario, presenta numerosos desafíos. ¿POR QUÉ SE APAGAN LAS REDES 2G Y 3G? Si tuviéramos que dar una respuesta breve y para todos los públicos, podríamos decir que “se han quedado viejas”; pero sabemos que en un entorno tan complejo como las telecomunicaciones las respuestas nunca son tan sencillas. Tratemos de desgranar las principales razones para este proceso de desconexión: • Liberar espectro de radiofrecuencia. Se desea liberar espacio para más conexiones con tecnologías de acceso más actuales como LTE 4G o 5G. El espectro radioeléctrico es un recurso finito y es necesario mantenerlo preparado y actualizado para dar cabida a los millones de nuevas conexiones que se esperan durante los próximos años. • Ancho de banda y latencia. Las redes 2G y 3G tienen ciertas limitaciones respecto al ancho de banda y la latencia, haciendo que sean inadecuadas para ciertas aplicaciones IoT (como retransmisión de imágenes en directo, o telecontrol de drones). • Eficiencia. La infraestructura de telecomunicaciones 2G y 3G se construyó sobre una infraestructura energética menos eficiente que las desplegadas en la actualidad. La gestión del tráfico de señalización también resulta más eficiente en tecnologías más modernas. ¿CUÁLES SON LAS VENTAJAS DEL 4G Y EL 5G? Hablamos de la necesidad de liberar espacio para dejar más espectro a tecnologías de acceso actuales pero, ¿por qué es tan importante esta transición? ¿Qué beneficios diferenciales aportan el 4G LTE o el 5G al ecosistema del IoT? • Más ancho de banda y menor latencia. Las comunicaciones basadas en 4G y 5G disfrutan de una latencia mucho menor y ofrecen mayores anchos de banda, lo que puede ser clave en determinados casos de uso del IoT (vigilancia con cámaras CCTV, arquitecturas SD-WAN o IoT industrial). • Tecnologías específicamente diseñadas para IoT, como Narrowband (NB-IoT), LTE-M o Cat-1 Bis, preparadas para volúmenes de datos más reducidos, consumir menos energía y alargar la vida de las baterías lo que resulta muy interesante para un amplio abanico de aplicaciones IoT. • Infraestructura más eficiente energéticamente, lo que redunda de forma positiva en el medioambiente y la sostenibilidad. • Menor riesgo de 'signalling storm', gracias al uso de técnicas de modulación de señal más eficientes. • Preparados para el IoT masivo. Estas tecnologías están preparadas para admitir un número de dispositivos conectados a cada celda mucho mayor que sus antecesoras, lo cual es clave ante el crecimiento exponencial de “cosas” conectadas que vamos a presenciar durante los próximos años. El futuro del IoT pasa por una migración planificada del parque de dispositivos 2G y 3G Alayn Endaya Medallo, Spain Marketing Manager, Wireless Logic S.L. El ecosistema del IoT (Internet of Things o Internet de las Cosas) acoge cada año más dispositivos; según datos de Statista se estimaban 15.900 millones de dispositivos en 2023 y las previsiones son que se superen los 30.000 millones a final de década. En este contexto, resulta indispensable que la tecnología evolucione de forma paralela al imparable crecimiento de la infraestructura conectada para dar solución a retos relacionados con el volumen de dispositivos y con la necesidad cada vez mayor de enviar más datos, más rápido. A estas alturas, no es nuevo hablar del apagón o sunset 2G/3G y no resulta ningún secreto que la cuenta atrás para la desconexión (y la necesaria migración de millones de dispositivos a tecnologías de acceso más modernas) ya ha comenzado.

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