55 ADMINISTRACIÓN PÚBLICA “Buscábamos una iluminación con la mejor calidad, que redujera los costes energéticos, fuera rentable y minimizara la contaminación lumínica”, explica el ingeniero municipal y jefe del Servicio de Alumbrado del Ayuntamiento de Valencia Vicente Mayans Savall. Este último requisito era especialmente importante para la instalación del Parque Natural de la Albufera, ya que hasta esa fecha Valencia había utilizado luz artificial blanca en el espectro azul para su alumbrado público, un tipo de luz que puede desorientar a la fauna y perturbar los ciclos circadianos de la abundante flora y fauna del parque, impactando negativamente en su desarrollo. Los biólogos y botánicos de la ciudad recomendaron que las luces del parque tuvieran una temperatura de color de 2700K, que produce una luz blanca cálida. ESCALAR PARA AFRONTAR LOS RETOS El tamaño de la instalación supuso un gran desafío para los ingenieros municipales. No solo había que sustituir o añadir unos 107.000 puntos de luz, también había que gestionarlos. Muchas luminarias ya estaban instaladas, pero la calidad de la luz que proporcionaban era pobre e ineficiente desde el punto de vista energético. Las bombillas eran, en su mayoría, de 400 vatios y proyectaban aproximadamente el 50% de la luz hacia el cielo y otro 25% a zonas que no la necesitaban, como las ventanas de los edificios de viviendas. Sólo un 25% de la luz se dirigía a las calzadas y aceras, donde es necesaria para que la gente se desplace con seguridad. Además, los costes de la energía desperdiciada eran cada vez mayores. “La situación del alumbrado se estaba volviendo insostenible”, afirma Mayans Savall, quien añade que era necesaria “unanueva infraestructurade iluminación queproporcionara la cantidad adecuada de luz, con la mayor uniformidad y el menor coste energético posible”. Además de añadir luminarias más eficientes desde el punto de vista energético, la ciudad buscaba programar escenarios de iluminación para diversos lugares y gestionar remotamente todo el conjunto. Para ello era necesario un sistema de gestión que pudiera escalar hasta más de 100.000 dispositivos y que fuera capaz de detectar rápidamente incidencias y responder automáticamente ante ellas en cuestión de segundos. UN CONTROL INTELIGENTE El Ayuntamiento de Valencia recurrió a Schréder para actualizar y ampliar su infraestructura de alumbrado, para lo cual implementó el sistema de gestión Exedra, tanto para la iluminación como para otros dispositivos conectados en toda la ciudad. Además, Codit, un proveedor de soluciones de integración ‘cloud’ con sede en Bélgica, trabajó junto a Schréder para conectar las tecnologías de Microsoft Azure IoT en la citada plataforma. Schréder desplegó la plataforma Schréder Exedra sobre Azure IoT Hub “porque ofrece un entorno altamente seguro, escalable y abierto, que garantiza protección, privacidad y cumplimiento normativo. Además, Schréder aprovechó otros servicios de Azure, incluyendo Azure Cosmos DB y AzureMaps, para crear una arquitectura de extremo a extremo que cubre el hardware instalado, la capa de comunicaciones, los protocolos de seguridad de la plataforma y la interfaz de usuario. Dado que IoT Hub proporciona acceso a muchas de las capacidades necesarias, Schréder fue capaz de acortar el tiempo de desarrollo”, destacan desde el gigante de Redmon. Imagen de la fachada del Ayuntamiento de Valencia. Fotografía: Diego Delso.
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