ComunicacionesHoy_CH197

INFORME 40 Pese al esfuerzo de la sociedad española, a raíz de la crisis sanitaria, solo el 31,7% comenzó a trabajar desde su casa, el décimo porcentaje más bajo de la Unión Europea. Entre los que no pudieron destacan los sectores y oficios cuyos puestos no lo permitían (más allá de alguna tarea administrativa y de oficina). CAÍDA PROGRESIVA DEL TELETRABAJO A MEDIDA QUE SE VOLVÍA A LA NORMALIDAD A medida que las restricciones más duras caían, también se reducía el tiempo que la población trabajaba en línea. En el caso de España, se pasó de una media de 16,7 horas semanales de teletrabajo en el verano de 2020 a 15 horas en la siguiente primavera. Otros países que también recortaron sus horas de teletrabajo en este periodo fueron Bélgica, Luxemburgo, Suecia o Alemania. Estos datos confirman que, pese al esfuerzo de empresas, administraciones y trabajadores por adaptarse al teletrabajo en las primeras semanas de marzo de 2020, con el trascurso de los meses y el menor impacto de la pandemia, esta modalidad ha ido perdiendo fuerza en la sociedad, aproximándose más a los niveles anteriores a la emergencia sanitaria que al máximo alcanzado en la primavera de 2020. De esta forma, en la primavera de 2021 se teletrabajaba de media 15 horas semanales en España, similar a países como Italia, Polonia o Estonia, pero lejos de Portugal y Francia, donde se aprobaron leyes de teletrabajo obligatorio en los momentos de repunte de los contagios. España aprobó la suye en verano de 2021. Al comparar esta cifra con la jornada media semana de trabajo (entre 35 y 45 horas en la mayoría de los países), se observa que el porcentaje medio de teletrabajo en España era del 35,6% en la primavera de 2021, es decir, menos de dos días a la semana. uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares 2021’ del INE, realizada entre mayo y agosto del año pasado, más de 12 millones de personas (65% de la población ocupada) disponen de un empleo que no les permite teletrabajar, ya sea por tratarse de una industria de producción de bienes materiales -como la agricultura, la industria manufacturera o la construcción- o de un sector en el que prime la atención física al público- caso de la hostelería y el comercio-. El teletrabajo, en cambio, está muy asociado a profesionales muy dependientes del ordenador e Internet, herramientas que favorecen la realización de estas tareas fuera del establecimiento físico donde se encuentra su puesto de trabajo, ya sea el hogar, un especio de coworking o incluso una cafetería. Por tanto, no es de extrañar que los sectores tecnológicos sean el principal abanderado del teletrabajo; el 87,9% de las personas ocupadas en los sectores tecnológicos tienen la opción de trabajar a distancia, y un 74% del total lo hizo durante la semana previa a la encuesta. Otros sectores que permiten mucho teletrabajo a sus empleados son las actividades profesionales, científicas y técnicas; las financieras y se seguros, y las inmobiliarias. Sin embargo, tanto el sector inmobiliario como la educación destacan por el poco teletrabajo real entre sus empleados a pesar de tratarse de dos industrias que permiten ampliamente el trabajo a distancia. El sector inmobiliario es el segundo que permite más teletrabajo: el 87,2% de la población ocupada del sector puede teletrabajar. Sin embargo, solo el 37,1% lo hizo recientemente. Algo parecido ocurre en la educación: el 60,1% de sus profesionales tiene la opción de desarrollar sus obligaciones desde casa, pero solo el 20,5% de la población ocupada aprovecha esta oportunidad. España aprobó la ley del trabajo a distancia en julio de 2021. Otros países han creado marcos regulatorios en esta dirección. En nuestro país solo se permite teletrabajar el 35,6% de horas a la semana. Portugal y Francia están por encima del 45% Portugal, Francia, irlanda y el Benelux se aproximaban o superaban los dos días y medio semanales, mientras que los países del Este se situaban en torno a un día. LA EDUCACIÓN, UN SECTOR CON POTENCIAL QUE PREFIERE EL MODO PRESENCIAL Estos datos permiten hacerse una idea general del teletrabajo en Europa. Pero la inevitable posibilidad de teletrabajar depende en gran medida de la actividad económica en la que una persona esté empleada. Según la ‘Encuesta sobre equipamiento y

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