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INFORME 38 Según este informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, España era el país menos preparado para teletrabajar durante la crisis sanitaria mundial, pero es donde más creció esta modalidad. Informe ONTSI EL TELETRABAJO EN ESPAÑA. ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE LA PANDEMIA Los dos últimos años han cambiado el mundo tal y como lo conocíamos. Las restricciones consecuencia de la pandemia aceleraron una serie de cambios sociales que hasta hace poco parecían imposibles. Uno de ellos es el teletrabajo. Si bien los avances tecnológicos ya lo permitían hace tiempo, no fue hasta 2020 cuando, a fin de no parar la actividad económica durante el confinamiento, comenzó a extenderse entre las empresas, administraciones públicas e instituciones. Dos años después, esta modalidad de trabajo se ha asentado, especialmente entre la población trabajadora, que lo defiende como una forma más de conciliar la vida laboral y personal. Lo que en un principio se expandió como algo circunstancial, temporal, se ha convertido en una demanda cada vez mayor. Además, ha resultado ser una oportunidad para las empresas para captar y retener el talento. Españaerael paísmenos preparadopara teletrabajar, pero es donde más creció esta modalidad. En marzo de 2020, el país no estaba preparado para afrontar el trabajo a distancia. Tres de cada cuatro personas en España encuestadas por Eurofoundenprimaverade 2020afirmaban no haber trabajado anteriormente desde casa. Este 74,5%era el porcentaje más elevado entre los 27 estadosmiembros de la Unión Europea, por encima de Lituania (74,1%), Irlanda (71,5%), Italia (70,6%) y Malta (70,3%). Dos países destacan por encima del resto: Estonia y Finlandia, en los que más de la mitad de la población si había trabajado antes de la irrupción del coronavirus (60,9% y 54,7% de la población, respectivamente). En Estonia, el 20,4% de la población teletrabajaba a diario y otro 13,6% lo hacía varias veces a la semana. Finlandia, por su parte, permitía el trabajo a distancia de forma más esporádica. El 16.7% teletrabajaba varias veces al mes y un 23,5% lo hacía con menos frecuencia. Esto no es de extrañar, debido a las políticas de digitalización de ambos países. Finlandia es la tercera economía digital más avanzada de Europa y Estonia tiene un ambicioso programa de digitalización. Y, ¿qué pasaba en España? Que antes de la pandemia solo el 7,3% teletrabajaba a diario, un 5,3% lo hacía varias veces a la semana y un 4,6%, varias veces al mes. Los datos españoles permiten hacerse una idea de los retos que tuvieron que afrontar las Administraciones y empresas enmarzo y abril de 2020para incorporar el teletrabajo a su actividad. La baja penetración de estamodalidad ennuestropaís supusounobstáculopara hacer frente al confinamiento desde el puntode vistade la actividadproductiva. Durante esas semanas, las personas empleadoras se afanaron en dotar de ordenadores portátiles, conexiones seguras a Internet y herramientas de videollamadas a sus trabajadores para intentar salvar la producción de bienes y servicios.

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