TRIBUNA DE OPINIÓN Decía con acierto el psicólogo, educador y poeta Herbert Gerjuoy que “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. La revolución digital nos exige constantemente adaptarnos a nuevos dispositivos, nuevas herramientas y nuevos paradigmas de las relaciones interpersonales. Por eso, cuando hablamos sobre formación en digitalización no debiéramos poner tanto el acento en la palabra ‘digitalización’, sino en ‘formación’, porque es ésta la base sobre la que se fundamenta el aprendizaje. Paradójicamente, la formación en competencias digitales tiene más que ver con las habilidades ‘humanas’ de flexibilidad, adaptación al cambio, capacidad de trabajar en equipo o dotes comunicativas, entre otras, que con la capacidad de saber usar una tecnología concreta. En este contexto, desde DigitalES insistimos siempre en que la formación ha de acompañar cualquier proceso de digitalización, en todas sus fases. Como ha promulgado siempre la OCDE, de poco sirve dotar de un ordenador a los alumnos si ni éstos, ni los docentes, ni los contenidos están adaptados para un entorno digital. Los réditos de la digitalización aparecen cuando combinamos [buenas] competencias, planificación estratégica, recursos y, finalmente, herramientas tecnológicas. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia representa una oportunidad única indiscutible para Por qué 2023 va a ser el gran año de la formación en digitalización Víctor Calvo-Sotelo, director general de DigitalES 10
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