C144 - Automatizacón para la industria 4.0

34 TENDENCIAS objetos conectados más potentes, desde smartphones a vehículos eléctricos, pasando por centros de datos y telecomunicaciones. Estos avances tecnológicos se reflejarán en cambios en el propio ecosistema de los semiconductores, con la aparición de nuevas gigafábricas, normativas, modelos de negocio y servicios de fundición en 2024. 4. Baterías: el poder de la nueva química Mejorar el rendimiento y reducir los costes de las baterías es uno de los principales objetivos tanto de las empresas como de los gobiernos, ya que los riesgos industriales son altos para cada nación. El objetivo es apoyar la movilidad eléctrica y acelerar el almacenamiento de energía de larga duración, fundamental para acelerar la transición energética hacia las energías renovables y el progreso acelerado de las redes inteligentes. Mientras que el LFP (ferrofosfato de litio) y el NMC (níquel manganeso cobalto) se están convirtiendo en estándares para las aplicaciones de los vehículos eléctricos, se están explorando varias tecnologías con la química de baterías, como las baterías sin cobalto (de iones de sodio) o las de estado sólido, con una aceleración probable en 2024. Estas últimas representan un cambio importante en la tecnología de las baterías, principalmente para los vehículos eléctricos, ya que tienen mayores densidades de energía (es decir, capacidad de almacenamiento) a un precio que será inferior al de las baterías tradicionales. También reducen la dependencia de materiales como el litio, el níquel, el cobalto, los minerales de tierras raras y el grafito, al tiempo que prometen una vida útil más larga y una seguridad más sólida. Por qué es importante: en un mundo empresarial impulsado por la transición energética y la lucha contra el cambio climático, estos avances emergentes pueden ofrecer una vía hacia mayores opciones para la industria de las baterías y un uso más sostenible de los materiales. 5. Tecnología espacial: abordar los desafíos de la Tierra desde el espacio exterior En 2024, la humanidad se prepara para regresar a la luna. Este renovado interés por las tecnologías espaciales pretende impulsar los descubrimientos científicos y ayudar a resolver los retos más críticos de la Tierra, como el monitoreo de los riesgos y desastres climáticos, un mejor acceso a las telecomunicaciones, así como la defensa y la soberanía. La nueva era espacial está impulsada no solo por organismos públicos, sino también por agentes privados, desde startups hasta corporaciones, y cuenta con el apoyo de diversas tecnologías como el 5G, los sistemas avanzados de satélites, el big data, la computación cuántica, etc. En 2024, esto debería acelerar la innovación y respaldar proyectos tecnológicos muy prometedores en el campo de la propulsión sostenible de naves espaciales (ya sea eléctrica o nuclear) y nuevas constelaciones de órbita terrestre baja para comunicaciones fluidas y criptografía cuántica. MÁS ALLÁ DE 2024: TECNOLOGÍAS QUE MARCARÁN LOS PRÓXIMOS 5 AÑOS 1. Hidrógeno bajo en carbono: hacia una alternativa fiable a los combustibles fósiles El hidrógeno se ha considerado durante mucho tiempo una alternativa de combustible limpio porque sólo produce agua cuando se quema. Sin embargo, la producción tradicional de hidrógeno consume mucha energía y a menudo depende de combustibles fósiles. La tendencia hacia el hidrógeno bajo en carbono pretende cambiar esta situación utilizando energía renovable o nuclear para alimentar la electrólisis del agua, dividiéndola en hidrógeno y oxígeno con cero emisiones de carbono. Los avances en la tecnología de electrolizadores, incluido el desarrollo de electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) y de óxido sólido, están mejorando la eficiencia y reduciendo los costes. No obstante, el hidrógeno bajo en carbono sigue sin ser competitivo en este momento, lo que se suma a otros retos de fiabilidad y escalado. Países y empresas de todo el mundo están realizando grandes inversiones en hidrógeno bajo en carbono como parte de sus estrategias para lograr la neutralidad de carbono, con el objetivo de abaratar su coste en un futuro próximo. 2. Captura de carbono: acelerar la descarbonización de procesos con alto contenido de carbono Si bien la reducción de las emisiones de carbono sigue siendo la principal prioridad, tal y como se define en el Acuerdo de París, varios sectores difíciles de reducir también tendrán que invertir en tecnologías de captura de carbono (especialmente en el punto de origen, como una fábrica de cemento o acero) para alcanzar sus objetivos de descarbonización. Los nuevos métodos de captura de CO2 son cada vez más eficientes y consumen menos energía, con el apoyo de importantes inversiones públicas, especialmente en EE.UU. y la UE. Las innovaciones incluyen el desarrollo de tecnologías avanzadas de disolventes que requieren menos energía para capturar, utilizar y almacenar CO2, así como sorbentes sólidos que podrían ofrecer un menor coste y una mayor selectividad para el CO2. Además, el filtrado de CO2 de otros gases mediante tecnología de membranas se está perfeccionando para mejorar su eficacia y escalabilidad. Sin embargo, la captura de carbono todavía se enfrenta a desafíos específicos como el coste, el almacenamiento o la conversión en procesos industriales. También hay importantes investigaciones sobre la extracción de CO2 directamente de la atmósfera mediante la captura directa en el aire (DAC), aunque esta aplicación sigue siendo cara en comparación con sus soluciones alternativas de captura de carbono.

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