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br ne ea wki sng CONFIDENCIAL Con el recuerdo aún fresco en nuestras memorias de todo lo que puede ofrecer Interlift –que sí, una vez más, llegó, ‘vimos’ y (con)venció– despedimos un año más. Un año que, como no podía ser de otra manera en un momento de cambio disruptivo para la industria en general, ha sido intenso para todos los actores del sector del transporte vertical. l Y, si no, que se lo digan a ThyssenKrupp, que cierra un ejercicio más que complicado –por decirlo suavemente–, inmersa en el auténtico culebrón en el que ya se ha convertido la venta de su unidad de elevación –la más (y prácticamente única) rentable del gigante de la industria del acero–. l Como era de prever –y ya apuntábamos en nuestro pasado número–, no es tarea fácil, dados los muchos factores que concurren en la (deseada) transacción. Y es que, el grupo industrial alemán ThyssenKrupp ha quintuplicado sus pérdidas en el año 2018/ 2019, situándose estas en 304 millones de euros en el año 2018/2019frente a las de 62 millones de euros de un año antes. Tras ello, suspendió el dividendo y se desploma en bolsa. l Mientras tanto, el proceso de venta de la unidad de ascensores de Thysenkrupp sigue adelante –con fuertes presiones por parte de los representantes de los trabajadores, que suponen la mitad de la junta de supervisión– y se espera que durante el primer trimestre de 2020 se decida el comprador y el porcentaje de acciones con el que entrará en la junta. l Kone, en asociación con la firma de capital privado CVC, se perfila como el único postor estratégico para la unidad de Elevator Technology (ET), que Thyssenkrupp ha puesto a la venta en un intento por pagar deudas e invertir en la reestructuración de sus otros problemas. l En este contexto, Kone no solo debería desembolsar 17.000 millones de euros para la mencionada compra, sino que enfrentaría obstáculos regulatorios importantes, dado que una fusión de la empresa con ET –siendo los tercero y cuarto mayores fabricantes mundiales de ascensores– podría desencadenar una importante revisión antimonopolio de más de un año de duración. l Esa sería, según aseguraba Alfred Schindler –miembro de la Junta Direct iva de Schindler y representante de los accionistas de la familia– en declaraciones al medio alemán «Finanz und Wirtschaft», una de las principales razones por las que Schindler no está interesado en comprar Thyssenkrupp Elevator. l Esa y que, dicha transacción resultaría en un «baño de sangre» –según sus propias palabras– para los empleados. Y es que, la dirección de Schindler está convencida de que la fusión con Thyssenkrupp Elevator causaría enormes dificultades en la cadena de producción, temores que en su día llevaron a que se desechara la opción de una posible fusión con Kone, que llegó a estudiarse seriamente. l Para Schindler, si dos grupos activos en la fabricación de ascensores del mismo tamaño se unieran, habría un excedente de mano de obra en todas las ramas del sector. En consecuencia, también valoran negativamente la posible compra de la división del grupo alemán por parte de Kone. l También desde IG Metall –el sindicato más grande de Alemania, que ya ha advertido que no aprobará la venta de la división de ascensores de Thyssenkrupp a menos que los compradores potenciales satisfagan algunas demandas para los empleados– se arremetió contra Kone, cuyo CEO declaró en su momento que podría deshacerse de los activos de Thyssenkrupp para abordar posibles preocupaciones antimonopolio… l Y sin dejar Thyssenkrupp nos vamos a otro de los temas candentes que seguro que bullen en la cabeza de todos los visitantes a la pasada edición de Interlift: los cambios que (ya) trae la digitalización y las nuevas tecnologías a los ascensores. l Concretamente, en este caso nos referimos a la nueva tecnología desarrollada por la firma que permitirá a los robots autónomos comunicarse con los ascensores, permitiéndoles el movimiento entre plantas y utilizar los mismos como otro pasajero más. l Hasta ahora, los robots no podían utilizar de forma autónoma los ascensores, lo cual limitaba sus actividades de reparto en edificios de varias plantas, pero esto está a punto de cambiar, como pudimos ver en la gran cita internacional de la elevación. l Teniendo en cuenta que, de acuerdo con MarketsandMarkets Tm, se espera que el mercado de robots de reparto crezca de 11,9 millones de dólares en 2018 a 34 millones de dólares en 2024, no es de extañar que esta tecnología se haya probado con éxito ya en importantes hoteles y hospitales de Estados Unidos, en colaboración con los principales fabricantes de robótica. l Tanto en el ámbito del ocio como del negocio, las interfaces de ascensores y robots tienen múltiples aplicaciones en edificios: desde asistentes en el hogar, servicios de habitaciones y de equipaje, ayudas para guardas de seguridad, así como la asistencia en el reparto de información confidencial o productos de asistencia personal. l La combinación de los robots con soluciones de visión artificial y monitorización en tiempo real serán, pues, fundamentales para crear innovaciones que mejoren la experiencia del usuario de ascensores y la accesibilidad universal, en la que las soluciones de transporte vertical tienen mucho que decir. l Tampoco estas cuestiones pueden plantear la menor duda a cualquiera que se paseara cinco minutos por los pasillos de la última edición del Smart City Expo World Congress, asistiera al último fórum SBS sobre ciberseguridad o planeen acudir a las muchas citas feriales a nivel mundial que nos proponen el nuevo año. l De todo ello hablamos en este número así que les animamos a que tomen nota, cojan impulso y no dejen para el 2021 lo que puedan hacer en el 2020. Por nuestra parte, no nos queda más que añadir que ¡Feliz –y Smart– Año Nuevo!, a todos nuestros numerosísimos lectores y amigos en este sector.

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