comunicaciones, call centers y demás actores conectados el tener que soportar diferentes protocolos propietarios de comunicaciones que impiden la interoperabilidad entre las partes. «He podido visitar empresas de mantenimiento donde tienen hasta 5 o 6 pantallas de gestión de su flota de teléfonos, una para cada marca. Desde luego, esto no es muy lógico», asegura Ginot, que explica que el mercado ha creado protocolos de facto como el P100, CPC o iniciativas como el CAN Open Lift para sobrevivir a la falta de iniciativa del sector para hacer oficial un estándar, aunque sea mínimo. «Imagino que todavía pesan modelos de negocio que impiden avanzar», reflexiona. Momento de transición A esto, se añade la transición de la telefonía analógica de línea fija a la telefonía móvil, con otras posibilidades técnicas e incompatibilidades con la tecnología analógica. Además, cada pocos años, van cambiando las tecnologías móviles a un ritmo de vértigo (2G, 3G, 4G,…), y en algunos países europeos, el apagón de la línea fija analógica empieza a ser una realidad al ser sustituidas por líneas IP de fibra óptica. En el sector del automóvil ya existen iniciativas para hacer posible en el futuro la conducción autónoma o asistida. Desde el momento que una empresa de mantenimiento aspira a mantener cualquier ascensor de cualquier marca, sabe que tendrá que gestionar diferentes marcas de dispositivos de comunicaciones. Unificar en una o dos marcas toda la flota de teléfonos tiene un coste, pero gestionar la diversidad también tiene un coste, aunque sea menos cuantificable a corto plazo. La multimarca forma parte del entorno de negocios, pero la falta de interoperabilidad entre marcas distintas no tiene ningún sentido. «En una visita a Alemania, tuve conocimiento de una marca de cuadros de maniobra cuyo diseño era ‘hardware free’, es decir, cualquiera podía fabricar su cuadro. El negocio estaba en la venta de licencias de conectividad. Por tanto, el valor añadido se estaba moviendo del objeto en sí a la posibilidad de tener información remota útil para poder gestionar eficazmente la operativa de mantenimiento», ejemplifica el CEO de MERak. «Otro enfoque, un poco exagerado pero que ilustra el fenómeno de la digitalización es el caso siguiente: antiguamente, cuando un país necesitaba un barco de guerra, contrataba su construcción a un astillero y éste a su vez, subcontrataba la electrónica a un tercero. Ahora, hay casos en los que el barco se contrata a una empresa como Siemens (por decir una), y esta subcontrata el casco a un astillero. No creo que se llegue a éstos extremos en el caso de la industria del ascensor porque, entre otras cosas, debería ser el propietario quien encargara a su proveedor de información el ascensor, pero ello me sirve para poner de manifiesto la necesidad y la importancia que la información en tiempo real va adquiriendo, de momento para los mantenedores, y a no mucho tardar, para los propietarios, fundamentalmente los corporativos, que querrán tener herramientas para medir el desempeño de sus proveedores de mantenimiento», nos cuenta Ginot, que transcribe de nuevo un párrafo del artículo original ‘El caos de dar vida a un estándar’: «Los estándares son un mundo en continua competición, no hay un agente regulador y central del sistema. Cada uno va generando piezas del estándar y son los usuarios, asociaciones y las empresas los que van incorporando las ideas, explica Juan Corro. Es un modelo descentralizando y caótico, pero que no va a cambiar, basado en un aluvión de propuestas simultáneas y la competencia asimétrica». Así, la lista de fuentes encargadas de estos estándares es prácticamente infinita: Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), IEEE, CEN (Centro Europeo de Normalización), ETSI (Instituto europeo para las Normas en Telecomunicaciones), AENOR, 3GPP, numerosos congresos especializados (centrados en aspectos más concretos como el estándar español para las comunicaciones sobre fibra óptica de plástico), y un largo sinfín más de entidades. En el ámbito del Internet de las Cosas, por ejemplo, está siendo la propia industria la que está testando las distintas alternativas (LoRa frente a 5G, por ejemplo) y validando la aplicación de cada tecnología a casos concretos de uso. O, dicho de otro modo: se están creando normas desde los casos concretos y no a la inversa. Método deductivo frente a inductivo aplicado a la regulación y estandarización de las tecnologías que viviremos mañana. «Seguiré soñando y deseando que sea la propia industria, como el caso descrito, quien acabe generando un estándar eficaz para todos, aunque no soy muy optimista a corto plazo» concluye. Nueva normativa En cuanto a las novedades de las normas en relación a la telefonía de emergencia, las más significativas son la necesidad de incorporar interfonía en fosos de más de 30 metros de longitud, en caso de llamada cíclica de comprobación no satisfactoria, la obligación de indicarlo mediante los leds de cabina, la indicación de batería baja (menos de 1 hora) debe ser en el supuesto de llamada en curso, es decir, en situación de máximo consumo, y decir que los nuevos requisitos de energía comportan la imposibilidad de instalar teléfonos alimentados por línea telefónica. «En MERak seguimos trabajando para ofrecer soluciones de conectividad de calidad y fiables para la industria del ascensor, desde terminales de línea fija, enlaces GSM con tecnología M2M, software de gestión LiftMonitor». Francisco Ginot Ingeniero Superior de Telecomunicaciones MERAK TELSIS, SL 41 - Ascensores y Montacargas
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