EL FIN A 35 AÑOS DE SANCIONES La revolución iraní de 1979 que derrocó a Mohammed Reza Pahlevi como Sha de Persia sentó las bases de una difícil relación entre Irán y las potencias occidentales, en especial los Estados Unidos. El movimiento impulsado por el ayatolá Jomeini hizo estallar por los aires uno de los principales aliados norteamericanos en la región. La llamada ‘crisis de los rehenes’ generada con el secuestro de 66 diplomáticos y ciudadanos norteamericanos en su embajada en Teherán durante 444 días acabó por romper unas relaciones que no se han restablecido hasta ahora, tras el acuerdo de no proliferación nuclear. El acuerdo prevé que el programa de enriquecimiento de uranio sea limitado y supervisado por un periodo de hasta 25 años, mientras que el 95% de uranio ya producido por Irán deberá ser diluido o enviado al exterior. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) será el encargado de realizar los controles necesarios para certificar el cumplimiento de lo firmado. Como consecuencia del tratado, tanto la Unión Europea como los Estados Unidos levantarán las sanciones económicas y diplomáticas impuestas a Irán una vez se tenga constancia de que la República Islámica cumple con los acuerdos. Aunque todas las partes han tenido que ceder en sus posiciones, tanto desde el gobierno iraní como desde la administración norteamericana coinciden en afirmar que el acuerdo abre la puerta a una solución duradera, aunque la amenaza de más sanciones sigue en el aire si los organismos encargados de controlar los acuerdos certificaran algún tipo de incumplimiento. Más allá de las oportunidades que ofrece a nivel de negocios, occidente ve en los acuerdos con Irán una manera de encontrar un aliado que ayude a hacer frente al cada vez más complejo problema del fundamentalismo islámico. Resulta curioso comprobar que pese a los beneficios que el acuerdo puede comportar para la población iraní y para la propia administración de la república, el apoyo al acuerdo no fue, ni mucho menos, unánime. De hecho, el Parlamento de Irán aprobó el acuerdo nuclear alcanzado en Viena en julio pasado por 161 votos a favor, pero obtuvo el rechazo de 59 de los diputados de la cámara. Pese a todo, la medida salió adelante y el gobierno de Hassan Rohani obtuvo la autorización para llevar a cabo la ejecución del Plan Integral de la Acción Conjunta que procura el levantamiento de las sanciones fruto del convenio suscrito con Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania. bros de la unión de industrias de ascensores y escaleras mecánicas de Irán, una de las asociaciones, junto a la de fabricantes de componentes para ascensores y escaleras mecánicas, que controlan el sector. PRINCIPALES PROVEEDORES Hasta ahora, los países que más exportan ascensores y sus componentes a Irán han sido Italia (máquinas con y sin reductor, guías, puertas, cabinas, sistemas hidráulicos), España (guías, puertas, equipos de seguridad), Alemania (máquinas con y sin reductor, paneles de control, inverters, cuerdas de cable, paneles de operación de cabina y de planta), Suiza (cables, sistemas hidráulicos, equipos de seguridad), China (cables, puertas, paneles de control, inverters, máquinas con y sin reductor), Corea (Ascensores completos, máquinas con y sin reductor), Turquía (máquinas con y sin reductor, cabinas, puertas, paneles de control, guías y cables) y Finlandia, que en este caso provee ascensores completos. En el caso de las guías, el mayor proveedor de Irán en 2014 fue China (55,8%), seguido de Turquía (12,3%), los Emiratos Árabes (7,5%) y España, que se convirtió en el primer proveedor occidental del país con un 4,8% del total de importaciones. CERTIFICACIONES Uno de los aspectos a tener muy en cuenta por parte de cualquier empresa que quiera introducirse en el mercado iraní de la elevación es, lógicamente, el de la normativa imperante. El organismo encargado de emitir y publicar los estándares industriales en Irán es el INSO (Iranian National Standards Organization). En el caso de los ascensores, las normas que regulan el sector son la 6303-1 (que equivale a la EN811:1998), la 6303-2 (EN81-2:1998), la 6303-77 (equivalente a la EN81-77:2014) y la 13836-1, similar a la EN115-1:2008. El INSO obliga, asimismo, a la realización de inspecciones periódicas de los ascensores en base al capítulo 15:2013 del código nacional iraní de la edificación (INBC). Este documento es, precisamente, el que establece en su capítulo 15:2013 que la instalación de un ascensor es obligatoria en aquellos edificios que tengan más de 7 IRÁN informe metros de viaje desde la entrada principal. Añade, además, que al menos uno de esos ascensores debe ser accesible para personas con movilidad reducida o discapacidad. A nivel técnico, la nueva revisión del estándar iraní (6303-1:2014) obliga a que todos los ascensores nuevos deban equipar inverters. OPORTUNIDADES Irán es un mercado de un tamaño considerable para aquellos fabricantes de componentes que sean capaces de suministrar productos de alta calidad a precios razonables. Por otra parte, las condiciones geográficas, la capacidad de producción y los razonables costes de la energía y la mano de obra hacen del país un objetivo atractivo para las inversiones extranjeras, ya sean de forma directa o a través de alianzas con compañías locales en régimen de joint venture. Y es que Irán no solo pide ascensores de alta calidad para los edificios altos, sino que la política medioambiental del gobierno inclina el mercado hacia el ascensor verde. En consecuencia, aquellos fabricantes que ofrezcan productos más eficientes tendrán cierta ventaja competitiva para desembarcar en el mercado iraní. Si todo va como está previsto y la próxima primavera se levantan las sanciones a Irán, algunos de los principales retos que debe afrontar el sector se sitúan en las discrepancias entre los estándares internacionales y los locales, que deberían armonizarse en la medida de lo posible. Mientras tanto, y para fomentar las inversiones en el país, las autoridades estudian la posible imposición de mayores aranceles para ascensores completos y la regulación de la importación, que encajaría con la política de apoyo del gobierno a la producción local. 40 - Ascensores y Montacargas
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