Esto nos lleva a un segmento de la demanda que mayores requisitos decorativos presenta a día de hoy, el de los ascensores para viviendas unifamiliares que, al estar en pleno espacio habitable, deben integrarse en el conjunto del proyecto de interiorismo de forma armoniosa. Ello da lugar a una notable diversificación de acabados de su puertas, desde los más minimalistas hasta los más sofiticados. Una clara muestra de ello es este modelo de la serie DomusLift, de IGV Group, con puertas y marcos enteramente revestidos de espejo para crear un interesante juego de reflejos y multiplicar la luz y los metros. Aunque, si de integrar en el conjunto se trata, nada mejor que la solución arquitectónica llevada a cabo por Codo a Codo Arquitectura, a quien se le planteó el reto de aunar en un mismo espacio de apenas dos metros y medio de ancho por dos y medio de fondo un ascensor, una chimenea, un televisor y una estantería para guardar y almacenar. Todo hecho a medida y personalizado, lógicamente, lo que requirió el trabajo de instaladores y artesanos en estrecha colaboración. También en el ámbito de la restauración y el ocio encontramos interesantes propuestas que se salen de lo común por lo que se refiere a los cerramientos de los ascensores. Los ambientes industriales aplicados en la hostelería continúan marcando tendencia e inspiran a diseñadores y arquitectos de todo el mundo a la hora de crear el interiorismo de hoteles, bares y restaurantes, trasladando toda clase de elementos y detalles reales. La pizzería Los Soprano, en Gavà (Barcelona), se une a esta moda recreando los muelles y almacenes de Nueva York. Contenedores, cajas de mercancías o paredes viejas conforman la estética creada por el arquitecto argentino Pedro Scattarella en la que el ascensor se convierte en un elemento decorativo de primer orden, al situarse en el interior de un container rojo que nos lleva de un vistazo a los típicos lofts neoyorkinos. Y, también en un espacio público pero, en este caso, con un cálido ambiente de spa, encontramos lo que, a primera vista, parecen unas puertas de ascensor de madera, pese a ser de acero inoxidable. Y es que, para que se integraran de forma más armoniosa en el entorno de una piscina cubierta, Flora Von Oppenhelm realizó una imitación de madera que copia el panelado de teca que forra las paredes de la estancia, tras aplicar una imprimación especial, pintura acrílica, pintura al óleo y tres capas de barniz como acabado final. Por último, una curiosidad que evidencia el potencial decorativo de los ascensores. Pero, si no tiene puerta, dirán algunos. Nada más lejos de la realidad: lo que no tiene es ascensor. Se trata de un vinilo decorativo para decorar puertas de interior, que simula un ascensor. Y es que, personalización, versatilidad, originalidad y un punto de diversión pueden tener mucho que decir en un futuro próximo por lo que se refiere a puertas de ascensor. Entre otras muchas cosas... 72 - Ascensores y Montacargas
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